La afición del escritor y filósofo Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936), por el ajedrez fue recordada en Salamanca en una mesa redonda en su Casa Museo el jueves 28 de abril. El novelista escribió en diferentes ocasiones sobre el juego y durante toda su vida mantuvo relación con el tablero de los 64 escaques.
Así, cronológicamente, en su obra ‘Contra esto y aquello’(1912) que alberga artículos escritos en el diario La Nación de Buenos Aires, tiene un texto titulado, ‘Sobre el ajedrez’, donde entre otras cosas refleja, «..en mis mocedades, había caído bajo la seducción de la mansa e inofensiva locura del ajedrecismo» recordando que en sus años de carrera universitaria en Madrid, «hubo domingo en que invertí lo menos diez horas en jugar al ajedrez».
En el mismo texto, ante la petición del entonces presidente del Club Argentino del Ajedrez de impartir el ajedrez en los colegios afirma que le es «altamente simpática» y también cita a Edgar Allan Poe en ‘El asesinato de la calle de la Morgue’ en una alusión ajedrecística.
Añade que tiene presente el aforismo que el ajedrez «para juego es demasiado, y para estudio demasiado poco», lo que rememora otra frase muy parecida del filósofo alemán Leibniz (1646-1716): «Demasiado juego para ser una ciencia y demasiada ciencia para ser un juego».
Unamuno se consideraba un jugador bastante bueno, pero poco a poco se fue alejando del ajedrez, aunque siguió jugando hasta el fin de sus días.
En su novela Niebla (1914) o nívola como llamaba a sus obras, en el capítulo 3, hay una referencia al ajedrez, con una partida entre Augusto y su amigo, Víctor. «Ese juego solitario de dos en compañía» como lo define y recuerda la famosa frase ‘pieza tocada, pieza movida’ tan utilizada en el juego.
En su novela ‘Nada menos que todo un hombre’ (1916) llevada al cine en el año 1971 por Rafael Gil, también hay alusiones el juego. Asimismo, en su escrito ‘En la calma de Mallorca’ (1916) dentro de ‘Andanzas y visiones españolas’ hay una mención, donde refleja «…donde no he oído hablar de la guerra, y hago allí lo que hace años dejé de hacer, y es jugar al ajedrez. Y por cierto mi adversario y compañero de juego, el señor Nadal, es un jugador belicoso, siempre a la ofensiva, pero en el ajedrez. ¿Es el juego acaso el que me vuelve a mis preocupaciones de guerra?»
Posteriormente, en sus cuatro meses de exilio de Fuerteventura, en 1924 alude a que, después de la siesta, suele jugar al ajedrez.
El ajedrez aparece sobre todo en su novela breve, ‘Don Sandalio, jugador de ajedrez’ (1930). Su texto se compone de una serie de cartas del narrador, quien en apariencia se identifica con el propio Unamuno, dirigidas a su “querido don Felipe”. El ficticio epistolario, fechado entre verano y finales de año de 1910, recoge la relación del narrador con don Sandalio, un hombre a quien conoce en el casino y con quién mata el tiempo jugando al ajedrez.
Algunos críticos literarios han mencionado, “ese tipo de silencioso jugador de ajedrez, probablemente lo habría encontrado Unamuno alguna vez en el Casino de Salamanca” aunque el nieto del escritor, Ramón de Unamuno Pérez, alude a su etapa de estudiante en Madrid cuando jugaba con un anciano del que no sabía nada de él.
En la biblioteca que tenía Unamuno y que se encuentra en su Casa Museo se conserva un Curso de Ajedrez del que fuera campeón mundial, Enmanuel Lasker (1868-1941), y una suscripción a la revista ‘Ajedrez español’.
La mesa redonda, contó con la participación del citado nieto del escritor, quien aludió a la relación de la familia con el tablero. Se juega un tradicional torneo de ajedrez ‘Pablo Unamuno’ que lleva XIV ediciones, patrocinado por la familia Unamuno y convocado por el Ateneo salmantino. En efecto, su hijo, Pablo de Unamuno Lizárraga (1894-1956), en abril de 1944, llegó a vencer al entonces campeón del mundo Alexander Alekhine cuando visitó España. También recordó la afición al ajedrez de otro hijo del escritor, José Unamuno.
Actualmente, un tataranieto del escritor, Miguel Santos Ruiz, ya es maestro internacional de Ajedrez con 17 años, campeón sub14 y sub16 de Europa y España, respectivamente.
La directora de la Biblioteca Histórica de la Universidad, Margarita Becedas y el maestro y entrenador de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), Amador González de la Nava, defendieron el valor del incunable de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca ‘Repetición de amores y Arte de ajedrez’ de Luis Ramírez de Lucena, editado en 1497, tanto desde el punto de vista cultural, como histórico así como por ser el primer tratado sobre las normas modernas del ajedrez que se conserva y que fue mostrado al público existente, con algunos comentarios técnicos sobre el mismo.
Las reglas del ajedrez moderno se fijaron en el siglo XV en España introduciendo importantes cambios tales como la introducción de la dama, figura con gran capacidad de movimientos, según muchos historiadores en honor a Isabel la Católica (1451-1504).
Es el libro más antiguo que comprende las nuevas normas, si bien de los 150 problemas que abarca, la mitad tienen referencias a las antiguas reglas, en todo caso no parece exagerado aseverar que Salamanca es la fuente del ajedrez moderno aunque recientemente ha existido una teoría, según la cual, hay un libro anterior de Francesch Vicent, impreso en Valencia en 1495 que podría ser el primer tratado de ajedrez aunque no se conserva ningún ejemplar, tan solo alusiones al mismo.
El acto concluyó con unas simultáneas impartidas por Amador González de la Nava, quien antes explicó el denominado mate de Lucena o mate de la coz.
Casa Museo
La Casa Museo Unamuno se encuentra en el casco histórico de la ciudad, es un edificio del siglo XVII, construído entre 1758-1762. Es donde vivió cuando fue rector de la Universidad de Salamanca entre 1900-1914, está dedicado a su vida y estancia como profesor y catedrático de griego clásico. Al obtener el puesto como rector en 1900 pasa a ocupar la casa. En este segundo piso de la casa es donde Unamuno escribe sus poemas y gran parte de sus novelas y alberga los 6.000 volúmenes de su biblioteca.
La Casa Museo está integrada en el Servicio de Archivos y Bibliotecas de la Universidad, se adaptó en 1952 aunque oficialmente no se abrió como Casa Museo hasta 1996. Forma parte de Acamfe (Asociación de Casas Museo y Fundaciones de Escritores) de la que es socio fundador y del ICOM (Consejo Internacional de Museos).
El horario es de 10.00 a 14.00 horas de lunes a viernes siendo la entrada de 4 euros, la mitad para jubilados y estudiantes.
Su página web es http://unamuno.usal.es/
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