A Michael Hansen, un alemán que vive en la ciudd de Dortmund y lleva 12 años sin trabajo, le han reducido la prestación por paro a la mitad porque estaba mendigando en la calle, según la información publicada el 1 de diciembre de 2017 por el diario francés Nouvel Observateur.
(Ignoro si en España podría ocurrir lo mismo, pero no puedo por menos que sorprenderme gratamente al saber que al menos en Alemania los parados de larga duración siguen cobrando un subsidio).
En un reportaje emitido por el canal France 2, el señor Hansen ha explicado que «necesita mendigar para acabar el mes». También ha explicado que el “castigo” impuesto por las autoridades consiste en la reducción de 300 euros de los 760 que cobra mensualmente y que, asegura y le creemos, es una cantidad “insuficiente” para cubrir las necesidades, suyas y de su mujer.
Resulta que la administración alemana considera la mendicidad como «una recogida de donaciones privadas», lo que es un «verdadero trabajo». Por lo que los responsables del Jobcenter (la oficina alemana de empleo) han decidido reducirle el subsidio a la mitad, considerando que el resto lo gana mendigando, “a razón de 10 euros al día”, según han calculado.
Finalmente, y gracias a los buenos oficios de su abogada, Juliane Meuter, la reducción ha quedado establecida en solamente 90 euros: la letrada ha explicado que, en realidad, su cliente solo consigue 6 euros diarios con la mendicidad, y que solo “trabaja” veinte días al mes, según detalla el diario Le Monde.