Luis de Luis[1]
Parafraseando las inmortales palabras de Mecano: entre el cielo y el suelo, hay algo… como lo hay entre Berlanga y Buñuel, entre las Hurdes y el paseo de la Castellana, entre Pinto y Valdemoro, entre una aldea mísera y el palacio de El Pardo, entre pitos y entre flautas y ese algo es Club Caníbal, una asociación de gente lúcida, de colmillo a medio retorcer que se empeña en meter el hombro en la llaga y empezar a retorcer hasta exprimir la última gota de las vísceras de este paraje, entelequia o ensoñación que el gran Mariano José de Larra vino a llamar, pobrecito hablador, el País de las Batuecas, es decir, esa España mía, esa España suya, esa España nuestra, camisa sucia de nuestras (des) esperanzas, con la que todos los días nos vestimos.
Así, tras eviscerar en Desde aquí veo sucia la plaza, los , digamos, sanos entretenimientos taurinos del respetable y, tras demoler con Herederos del ocaso la (mal) sana afición del soberano a la picaresca, le toca el turno con Algún día todo esto será tuyo a ese otro gran mito de nuestra Quevivaespaña: el Prócer , el infalible y providencial salvador de la Patria, a quien se le debe respeto, sumisión, obediencia y admiración porqué nos gobierna con mano de hierro y guante de seda, porque los españoles necesitamos palo y tentetieso y quien bien nos quiere nos hará sufrir.
Así, Chiqui Carabante pone las manos en el volante, aprieta el acelerador y conduce a sus espléndidos pasajeros (Font García, Vito Sanz, Juan Vinuesa y Pablo Peña) para narrar la historia de Ramón Areces, el hombre que hizo realidad el sueño del españolito/a media: alcanzar el señorío, lograr el ascenso social, pertenecer a una casta de los elegidos, a saber, los clientes s del Corte Inglés a quienes dotó, además, de señas de identidad colectivas que destilaban su identidad de clase en las rebajas, la Navidad, la primavera, el día del Padre y si no está satisfecho, le devolveremos el dinero…
A la manera de la Canción de Navidad de Dickens el Club Caníbal enhebra una fábula en las escenas de la vida de Areces se suceden (algunas impagables como la creación del hombre y mujer corty; el diálogo con Franco sobre la marca de yogur, o la narración por Areces (un gran Vito Sanz) de su propia elegía desde el ataúd) empapadas de sombras, distantes de luces interpretadas en estado de gracia Font García, Vito Sanz, Juan Vinuesa y Pablo Peña como cuatro caprichos de Goya que se hubieran escapado de un cuadro de Solana. España pura sin diluir.
- Luis de Luis es crítico teatral
- FICHA ARTÍSTICA
Teatro La abadía ( C/ Fernández de los Ríos, 42. Madrid)
Del 12 al 23 de septiembre. Martes a domingo, 19:30h
REPARTO: Font García, Vito Sanz, Juan Vinuesa, Pablo Peña
Música en directo: Laura Nadal
Dramaturgia y dirección Chiqui Carabante
Producción Club Canibal