*Luis de Luis
Su público le recibe con sonrisas de agrado, de complacencia, de reconocimiento, de complicidad, que no cejarán durante toda la función. Es, al fin y al cabo, el gran Arturo Fernández de vuelta a los escenarios de los que nunca se ha bajado, el gran Arturo Fernández que ha atravesado las épocas y recorrido las diversas y variadas etapas de las últimas décadas, junto a varias generaciones de españoles, y todos saben, sabemos, cómo lo ha hecho; como lo hacen los grandes, los únicos, los especiales, lo ha hecho de la única forma posible, ya que para gente como él no hay otra a su manera.
Por eso “Alta seducción” (un preciso y eficaz texto de alta comedia clásica escrito por María Manuela Reina y tallado hasta la perfección por años de rodaje en todas las tablas del país), es más que una función, es una celebración y una exaltación a una forma de entender el teatro y, en consecuencia, la vida.
Así, una vez más, Arturo Fernández se hace con el público y le tiene comiendo en su mano con su sempiterno personaje de galán (al que retrata con humor y distancia) “angustiado” por conservar la integridad de su traje (es, de hecho, un personaje más), con síndrome de abstinencia por tener un espejo a mano en el que recrearse un par de horas y capaz de entablar soliloquios delirantes (en la obra hay dos monólogos – uno sobre la mirada fija, otro sobre la ducha en común – dignos de Marx (se entiende que Groucho, no Karl).
Toda la obra es un auténtico y flamante festín del que mucha “culpa” tiene Carmen del Valle, la partenaire perfecta, que da vida a un personaje de prostituta de corazón oro con enorme elegancia y sentido, evitando caer en ternurismos y obviedades al recorrer los muy variados estados de ánimo que le proporciona el exigente texto. Chapeau.
Y es que, al fin y al cabo, “Alta seducción” no hace más que corroborar una verdad eterna con dinero y sin dinero: Arturo Fernández nunca dejará de hacer lo que quiera, ya que su palabra es la única ley para el rey de los escenarios.
Así que, chatines y chatinas, un respeto y pónganse en pie, levanten bien alta la copa y brinden, una y otra vez, en honor de Don Arturo Fernández.
Se lo merece con creces, se lo ha ganado de sobra y siempre ha sido, es y será, tan truhán como señor. Nobleza obliga a admirarle.
*Luis de Luis es crítico teatral.
Ficha artística
Autora: María Manuela Reina
Intérpretes: Arturo Fernández; Carmen del Valle
Dirección: Arturo Fernández
Producción: Jandro Producciones