Antoni Benaiges Nogués era maestro en Bañuelos de Bureba
Lo fue durante dos años: hasta el 25 de julio de 1936. Seis días antes treinta hombres, 30 falangistas, llegan al pueblo. Queman el material de la escuela; registran las casas de los vecinos buscando más material; escarban en sus listas hasta encontrar a los amigos del maestro… Y les detienen. También a Antoni. Y le torturan, le arrancan los dientes, le pasean medio desnudo por el pueblo. Le fusilan. Le asesinan lejos de las miradas, como a todos. Le tiran a un hoyo, como a tantos…
Aquel final de curso, antes de que le asesinaran, había prometido a sus alumnos de la escuela que les llevaría a ver el mar. Nunca lo habían visto. Pero 30 falangistas, un dictador golpista, le impidieron cumplir su promesa.
Antonio desapareció; le borraron de la memoria. En todos los aspectos. Tan solo le recordaban sus pocos familiares vivos en su pueblo natal, Mont-roig del Camp, y algunos colegas que habían marchado a México a trabajar, que compartían su labor docente de aplicación de la técnica Freinet, que compartían las maravillas que manaban de ese método educativo.
Sergi Bernal estuvo en 2010 haciendo fotos en la fosa de represaliados por la Guerra Civil de La Pedraja. Una fosa de muerte, más de 130 asesinados. Quería hacer una exposición sobre todas las fases que implican las tareas de exhumación. Y de una fosa llena de huesos viejos, maltratados, mal cuidados, nació la historia del maestro Benaiges, una historia que me ha emocionado desde que la conocí. Ahora, la exposición que quería hacer Sergi se ha ampliado a un libro y a un documental.
Todo esto lo explico con más calma en el último post que he publicado en otras(re)relecturas; quiero compartirlo con todos vosotros porque este es otro capítulo más recuperado de nuestra Memoria Histórica. Sus hueso no han podido ser recuperados. Verdad, justicia y reparación: por las víctimas de entonces, que lo siguen siendo ahora.
Por cierto, la semana que viene le harán un homenaje en su pueblo natal, pero esto también lo encontraréis en el post.
Gracias por vuestro tiempo y, si lo creéis conveniente, por la difusión.
Mónica Solanas
Periodista