En un artículo publicado en el diario Sankei Shinbun, la escritora, activista política conservadora y consejera del gobierno japonés Ayako Sono ha defendido la idea de un apartheid para los inmigrantes, informa Nevin Thompson en el digital Global Voices Online.
La señora Sono sugiere al gobierno japonés que separe a los inmigrantes de la población autóctona, con criterios raciales, y les obligue a vivir en zonas especiales. El artículo de Sono se ha publicado en un momento en que en Japón se plantea si es conveniente aumentar los actuales porcentajes de inmigración permitidos considerando el envejecimiento de la población del país.
Para otro periodista, Hiroko Tabuchi, excorresponsal del New York Times, lo que Japón necesita en este momento “es un debate sobre el racismo. Lo que preconiza el artículo publicado en el Sankei es la segregación de los inmigrantes siguiendo el modelo del apartheid sudafricano”. Eso es exactamente lo que preconiza la señora Sono: “Cuando conocí la situación en la República Sudafricana, hace 20 o 30 años, me convencí de que lo mejor para las razas es vivir separadas unas de otras, como ocurrió allí con los blancos, los asiáticos y los negros”
Nacida en 1931, Ayako Sono fue una eminente activista política conservadora en el Japón de la posguerra. Consejera del primer ministro actual Shinzo Abe para asuntos educativos (es miembro del comité que prepara la reforma educativa), pertenece al Consejo de los Correos japoneses y al consejo de administración de la NHK, el canal público televisivo japonés. También fue una activa partidaria del cesado presidente peruano Alberto Fujimori y en los años 1990 dirigió la Nippon Foundation.
He visto que la prensa en inglés y en francés le esta «dando cera» a esta joya que tenemos en Japón. La pena es que no le van a dar lo que se merece. Y además católica, para más señas, en un país donde casi no hay.
Esta ya se sabe hace tiempo que no es trigo limpio y el periódico Sankei donde ha publicado el artículo tampoco lo es. Pero no solo ella tiene esas opiniones, también tenemos a Shintarō Ishihara, otro al que hay que echar de comer aparte. Así es Japón, aquí tenemos de todo.