El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cumple este viernes, 19 de junio de 2015, tres años de haber ingresado a la embajada de Ecuador en Londres para solicitar asilo político, condición que recibió dos meses después, sin que todavía se vislumbre el fin de su encierro, aún cuando en las últimas semanas la justicia sueca diera un giro inesperado en su caso.
Desde el 19 de junio de 2012 Assange no ha podido ni salir ni ser interrogado por la Fiscalía sueca que lo requiere por supuestos delitos sexuales. El experto informático es investigado desde 2010 por acusaciones de dos mujeres suecas que lo denuncian, una por presunta violación y la otra por agresión sexual, lo cual ha sido reiteradamente rechazado por Assange, informa Andes.
«Alguien tendrá que responder alguna vez por estos tres años de violación de los derechos humanos de un ciudadano al que el gobierno del Ecuador le dio protección», dijo el canciller Ricardo Patiño, la víspera de cumplirse los tres años de encierro.
Assange, periodista e informático, se ha visto impedido de abandonar la capital británica ante la negativa del gobierno del Reino Unido de concederle el salvoconducto para viajar a la nación ecuatoriana que le concedió asilo diplomático, a causa de una solicitud de Suecia para interrogarlo.
En marzo pasado, la Fiscalía sueca mencionó la posibilidad de acudir a la embajada para llevar adelante las diligencias y solo el 12 de junio envió una comunicación oficial al gobierno ecuatoriano para pedir asistencia internacional en materia penal.
«La Fiscalía sueca pudo haber tomado sus declaraciones desde el primer día que Julian Assange recibió el asilo por parte del Ecuador», afirmó Patiño a la prensa extranjera en Quito.
La vida de Assange no les importó nada durante tres años
Además, cuestionó que «un sistema judicial haya permitido que una persona esté con sus derechos humanos absolutamente disminuidos, porque eso significa estar encerrado en una oficina durante tres años, y después decir sin ningún problema, como si nada hubiera pasado, ‘ahora sí le vamos a tomar las declaraciones’ ¿Y los tres años que pasaron? No importó. La vida de Julian Assange no les importó nada durante tres años y ahora dicen: ‘vamos a tomar las declaraciones’. ¿Por qué no lo hicieron antes? No hay ninguna justificación».
El australiano, que cumplirá 44 años el próximo 3 de julio, siempre se mostró dispuesto a ser interrogado y ha reiterado su inocencia, argumentando que las relaciones íntimas mantenidas con las dos denunciantes fueron consentidas. Sostiene que existe una persecución en su contra debido a la difusión en 2010 de cables diplomáticos y otros documentos reservados de Estados Unidos que escandalizaron al mundo.
Assange y su equipo de defensa han reiterado desde entonces los temores de que si fuera llevado a Suecia sea después extraditado a Estados Unidos y ser juzgado incluso con la pena máxima por difundir 500.000 documentos militares clasificados sobre la guerra en Afganistán e Irak y 250.000 cables diplomáticos comprometedores para Washington.
El 16 de marzo pasado, al cumplirse 1000 días de estar asilado en la misión diplomática ecuatoriana, Assange admitió que han sido “días difíciles”, no tanto para él, sino para su familia. “Mientras pasa el tiempo la situación legal y política se ha aclarado y se ha convertido en una injusticia obvia y notoria”, dijo entonces al canal regional TeleSur.
Durante ese tiempo Assange ha seguido trabajando con WikiLeaks, ha recibido a personalidades como el intelectual estadounidense Noam Chomsky, ha ofrecido videoconferencias sobre seguridad informática, ciberespionaje, entre otros temas, y ha tratado de llevar lo mejor que puede su vida en el espacio que le fue asignado en el primer piso de un edificio del lujoso barrio de Knightsbridge de Londres, donde funciona la embajada.
El lugar es custodiado por un contingente de la Policía londinense las 24 horas para evitar su salida de la sede diplomática, tarea que hasta febrero de este año habría costado más de 15 millones de dólares, según información de WikiLeaks y medios británicos.
Una luz para Assange desde Suecia
La decisión de la Fiscalía sueca de tomarle declaraciones en la embajada es vista como la aceptación tardía de una posibilidad abierta por Ecuador desde que el fundador de WikiLeaks ingresara a territorio de este país en el Reino Unido.
Ecuador, basado en las leyes suecas, había propuesto el envío de una autoridad judicial a Londres para que le tomara testimonio o en su defecto que practicara la diligencia a través de una videoconferencia, posibilidades que solo fueron aceptadas hace pocos días.
El pasado 15 de junio fiscales suecos anunciaron que presentaron un pedido a las autoridades británicas y ecuatorianas para interrogar al fundador de WikiLeaks, lo que abre una oportunidad para que Assange responda a la indagatoria. El cambio de decisión respondería a que los supuestos delitos atribuidos a Assange prescribirán en agosto próximo.
El canciller Patiño confirmó que Ecuador responderá «en las próximas semanas» al pedido de la Fiscalía sueca y lo hará solo si llega a un acuerdo con Suecia en función de algunos requerimientos.
«No nos vamos a demorar (en responder) tres años como se demoraron ellos (Suecia). Por supuesto que tampoco vamos a ir corriendo a decirles: ‘sí, sin ninguna condición’. Vamos a decirles sí, con el respeto a la jurisdicción ecuatoriana, con el respeto a la soberanía de nuestro país, con el respeto a la decisión del gobierno del Ecuador de haberle ofrecido asilo diplomático a Julian Assange, pero no nos vamos a demorar los tres años que ellos se demoraron en contestarnos a nosotros», aseguró el ministro.
