En el momento en que este 2 de mayo de 2019 Julian Assange va a asistir por videoconferencia a un juicio de extradición a Estados Unidos, donde le esperan para juzgarle por “asociación de malhechores con vistas a una piratería informática”; Chelsea Manning (antes Bradley), se encuentra de nuevo en una cárcel de Alexandria (Virginia) desde el pasado 8 de marzo, por negarse precisamente a declarar contra Assange ante un gran jurado, invocando la Constitución.
Assange, fundador de Wikileaks, esta interno desde este 1 de mayo de 2019 en una cárcel de alta seguridad británica en la que tiene que cumplir cincuenta semanas de detención por violar la libertad condicional cuando hace siete años se refugió en la embajada de Ecuador en Londres.
Manning, el analista del ejército estadounidense que en 2010 filtró a Wikileaks cientos de miles de documentos del Pentágono y cables diplomáticos, fue condenada en 2013 por un tribunal militar a 35 años de cárcel e indultada por Barak Obama en los últimos días de su mandato presidencial, tras pasar siete años encarcelada.
Según el juez, Manning, quien tiene 31 años, no saldrá de la cárcel hasta que no acepte prestar testimonio ante ese gran jurado, que solo espera escucharla para finalizar su investigación sobre Assange y disolverse, ya que fue creado con el único fin de juzgar al australiano que difundió en los medios de todo el planeta los documentos que salieron de los archivos secretos del ejército y la administración de Estados Unidos: más de 500 000 clasificados sobre las guerras de Afganistán e Irak, denunciando las incontables víctimas civiles y la tortura ejercida sobre los prisioneros, y alrededor de un cuarto de millón de cables diplomáticos procedentes del Departamento de Estado.
Entre las muchísimas revelaciones proporcionadas por Wikileaks recordemos especialmente el vídeo titulado “Collateral Murder”, que mostraba a un grupo de civiles iraquíes y dos fotógrafos de la agencia Reuters abatidos en 2007, en Bagdad, por un helicóptero Apache del ejército estadounidense.
Desde que salió en libertad, Chelsea Manning “se ganaba la vida dando conferencias, en las que hablaba de militarización e inteligencia artificial, vigilancia y derechos de los presos y las personas trans… En 2018 se presentó a la primaria demócrata en Maryland para las elecciones al Senado, consiguiendo un segundo puesto tras el favorito, Ben Cardin” (Amaelle Guiton, Libération).
En caso de que finalmente Julian Assange comparezca ante un jurado estadounidense, sus abogados tienen intención de recurrir a Chelsea Manning, con su consentimiento, como “testigo de descargo”.