Ganadora del Premio FIPRESCI de la crítica en el Toronto Int. Film Festival (TIFF), presentada oficialmente en los festivales de San Sebastián y Busán (Corea del Sur), la película “El Autor”, del director Manuel Martín Cuenca (“Canibal”, “La mitad de Oscar”, “Malas temporadas”), es un inteligente thriller en torno a un aspirante a escritor, la creación literaria y el confuso mundillo de los best-seller y los premios literarios.

Le acompañan en el reparto entre otros María León, Antonio de la Torre, los mexicanos Adriana Paz y Tenoch Huerta, y la malagueña Adelfa Calvo, en el papel de la inefable portera de un relato de cotilleos y malos rollos entre vecinos.
Como un plus para la promoción de la película, la participación del cantante y compositor conquense José Luis Perales, autor de la canción que acompaña a los créditos, y de su hijo Pablo, creador de la banda sonora.
Alvaro, empleado en una notaria y casado con una escritora mediocre, alabada por haber editado un best-seller tipo Sombras de Grey, quiere ser escritor aunque carece de facultades para ello. Cuando su mujer le engaña y se separan, Alvaro acude a un taller de escritura donde el histriónico profesor le revela que el escritor tiene que encontrar su inspiración en la realidad. Instalado en un apartamento nuevo, Alvaro se dedica a manipular a los demás habitantes del inmueble para ir dando forma, con sus vivencias, conversaciones y reacciones, a una historia real como la vida e infinitamente superior a la ficción.
Tan ambiciosa como divertida, “irónica y salvaje”, esta película donde se van poniendo la zancadilla alternativamente la vida y la literatura, la condición humana y las miserias que rodean la creación artística, tiene algunos momentos grandiosos, como la referencia a Hemingway o la “escena de cama con portera” (un personaje que se sale), que el trabajo conjunto de realizador y operador ha convertido en una tela maestra que el colombiano Botero estaría encantado de firmar.
Satírica y un algo siniestra, la película “El autor” (lo mismo que la novela “El móvil” donde encuentra su origen) plantea una reflexión profunda sobre la vocación literaria, la relación entre realidad y ficción, y los límites de la ética.



