La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha señalado “la urgente necesidad” de establecer corredores humanitarios seguros para que los civiles atrapados por el conflicto puedan abandonar Trípoli, la capital Libia que soporta desde primeros de abril una escalada de la violencia.
Michelle Bachelet también pidió este martes 30 de abril de 2019 en Ginebra un cese el fuego de carácter inmediato en Libia y el reinicio de las conversaciones políticas.
El incremento de las hostilidades en la capital libia y su extrarradio ha provocado el desplazamiento de 42 000 personas desde inicios del mes de abril y, de acuerdo a las informaciones de la Oficina de la Alta Comisionada, miles de personas se encuentran atrapadas en localidades como Aziziya, Swani y Ain Zara, ubicadas en las afueras de Trípoli.
Bachelet destacó que el incremento de los ataques aéreos y bombardeos de zonas residenciales podría incrementar el número de víctimas civiles y de los desplazamientos.
«Recuerdo a todas las partes en el conflicto que el uso de armas explosivas en zonas densamente pobladas con carácter indiscriminado constituye una violación del derecho internacional humanitario y de las normas internacionales de derechos humanos».
Preocupan los migrantes en centros de detención
Del mismo modo, Bachelet manifestó su preocupación por la protección de los aproximadamente 3350 migrantes y refugiados que siguen retenidos en los centros de detención.
«Debe liberarse urgentemente a los migrantes de los centros de detención y proporcionarles la misma protección humanitaria que a todos los civiles, incluyendo el acceso a refugios u otros lugares seguros», dijo.
La Agencia de la ONU para los Refugiados indica que desde principios de abril han muerto 345 personas, entre ellas 22 civiles, y otras 1652 han resultado heridas.
Miedo a abandonar el hogar
Los trabajadores de la Agencia en el terreno destacaron una creciente sensación de desesperación en las zonas más afectadas por el conflicto a la que se ha de unir el miedo a abandonar los hogares, la falta de agua, los cortes de electricidad y el escaso acceso a alimentos, combustible y otros artículos básicos.
Aparte de continuar con la difícil labor de ayudar y asistir a los civiles libios en las zonas más afectadas, el portavoz de ACNUR, Charlie Yaxley, destacó la reciente entrega de asistencia médica al Ministerio de Salud.
“Esta semana se mandó una entrega urgente de medicamentos y equipo médico al Ministerio de Salud y se enviaron tres ambulancias totalmente equipadas al Hospital Central de Trípoli, al Hospital Al Hadaba Alkhadra y al Centro Nacional del Corazón de Tajoura, que continúan proporcionando asistencia médica en condiciones extremadamente difíciles”, dijo.
Además, se suministraron artículos como mantas, colchonetas, lámparas solares, utensilios de cocina, cubos y otros artículos de socorro a unas 6200 personas desplazadas en refugios y zonas urbanas de Trípoli, Azzawya, Sabratha, Garabulli y Misrata.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud destacó que los equipos médicos de emergencia de la OMS continúan efectuando sus tareas asistenciales y que la semana pasada practicaron 144 operaciones graves y más de cien intervenciones leves.