Interpretada por Keira Knightley, Mark Ruffalo y Adam Levine, Begin Again (Empezar de nuevo) es una comedia amable y romántica, dirigida por el irlandés John Carney (Once), a la que resulta imposible resistirse; una comedia emocionante con ritmo, que trata de dos seres perdidos, que se encuentran por casualidad y juntos hacen una música muy hermosa.
Gretta (Keira Knightley, Piratas del Caribe, Orgullo y prejuicio) y su novio Dave (Adam Levine, American Horror Story) acaban de llegar de Londres a Nueva York con la esperanza de hacer realidad su sueño de vivir de la música que componen e interpretan. El sueño se rompe bruscamente cuando el chico, deslumbrado por los aplausos de los conciertos y la presión de las fans, inicia una aventura con la empleada de la discográfica que se ocupa de sus carrera. Con las maletas hechas y el billete de regreso a Londres en el bolsillo, Gretta decide pasar su última noche en la ciudad acompañando a un viejo amigo, músico callejero, que actúa en un pequeño bar. Y ya todo viene rodado: el amigo la invita a subir al escenario a cantar, en la sala hay un productor borracho (Mark Ruffalo, Los vengadores, Zodiac) que tuvo sus días de gloria y al que ahora todo le sale mal. El productor la escucha, descubre su talento y se parte en cuatro para ayudarle a empezar un futuro profesional lleno de música y canciones, que comienza con un disco grabado al aire libre en diferentes rincones de Nueva York…
Begin Again –crónica de un encuentro, tan ligera como la buena música pop que ofrece- no es una gran película pero sí una película llena de cosas hermosas: el amor, la amistad, Nueva York, la música, una conseguida simbiosis entre los atractivos personajes y una narración que consigue mantener el interés del público pese a una buena cantidad de tópicos, entre los que no se encuentra el final. Begin Again convierte el proceso de la creación musical en herramienta de comunicación mágica. En suma, que una canción a tiempo puede salvar no una, sino dos vidas.