Demasiado teatral y sobreactuada esta “Bernarda” de Emilio Ruiz Barrachina (“Yerma”, “Pequeños crímenes perfectos”). Adaptación libre de la obra de teatro “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca, en la que una viuda amargada y fanática encierra a cinco mujeres y les obliga a ejercer la prostitución.
Entre esas mujeres, Assumpta Serna (“Matador”, “El maestro de esgrima”), la Bernarda de la historia, una madama proxeneta tirana y cruel, y su criada Poncia (Miriam Diaz Aroca, “Belle epoque”, “Yerma”), con la que mantiene una extraña relación; también una estridente y errática María Josefa (Victoria Abril, “Amantes”, “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”), hermana de la viuda destinada a representar la libertad.
Bernarda, quien ha enviudado, encierra a sus “hijas” –mujeres secuestradas en plena calle– y las obliga a prostituirse, convencida de que de esa forma las libera de los males del mundo.
Adaptando la historia a la época actual, la denuncia pasa de la prostitución a la trata de mujeres. Se conserva el fanatismo religioso de la Bernarda lorquiana, así como la mayoría de los diálogos originales, y no se sabe muy bien a qué viene mezclarlo con la ablación de los genitales femeninos que se practica en algunos países de África, ni con unas escenas calcadas de “Eyes Wide Shut”, de Stanley Kubrick.