Bernie Sanders anuncia su candidatura a la presidencia de Estados Unidos

Las principales banderas de Sanders incluyen políticas públicas para educación, salud, medio ambiente y economía. También habla de enfrentar el racismo, el sexismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y todas las formas de discriminación, además de proponer una reforma tributaria para que los ricos paguen más impuestos

El senador Bernie Sanders anunció este martes 19 de febrero de 2019 que presenta candidatura a la presidencia de Estados Unidos, y llamó a sus seguidores a participar en una «campaña de base sin precedentes» en los comicios que se celebrarán en 2020.

En el vídeo en el que hizo el anuncio, Bernie Sanders afirmó que será necesario reunir a un millón de voluntarios en todos los estados para enfrentar «los grandes poderes económicos» que inyectan millones de dólares en campañas para defender sus intereses.

Para llegar a disputar la elección general, Sanders deberá primero pasar por las primarias del Partido Demócrata.

Sanders es uno de los mayores representantes de la izquierda estadounidense y un crítico al actual presidente del país, Donald Trump. En el vídeo, el senador clasifica al mandatario republicano de «mentiroso patológico, un fraude, un racista, machista, xenofóbico, una persona que está sacudiendo la democracia estadounidense y conduciéndonos en una dirección autoritaria», además de ser «el presidente más peligroso de la historia moderna de EEUU».

Pautas progresistas para EE. UU.

En el anuncio de su candidatura, Sanders afirma que, además de derrotar a Trump, su propuesta es «transformar a EEUU» y «crear un gobierno basado en los principios de justicia económica, social, racial y ambiental».

El actual senador por el estado de Vermont también habla de enfrentarse a los intereses que dominan la vida política y económica de Estados Unidos: «estoy hablando de Wall Street, de las empresas de seguros de salud, farmacéuticas, industria de combustibles fósiles, del complejo industrial militar, de la industria penitenciaria privada y de las grandes multinacionales».

Las principales banderas de Sanders incluyen políticas públicas para educación, salud, medio ambiente y economía. También habla de enfrentar el racismo, el sexismo, la homofobia, la intolerancia religiosa y todas las formas de discriminación, además de proponer una reforma tributaria para que los ricos paguen más impuestos.

«Somos la nación más rica de la historia del mundo. No deberíamos tener ese nivel grotesco de desigualdad de riqueza, en el que tres billonarios tienen más riqueza que la mitad más pobre del país, no deberíamos tener treinta millones de estadounidenses sin seguro de salud, un número aún mayor con seguro insuficiente y una nación con la expectativa de vida en declive. No deberíamos tener una economía en la que decenas de millones de trabajadores reciben ‘salarios de hambre’ y la mitad de los trabajadores de edad avanzada no tienen ahorros para jubilarse. No deberíamos tener el mayor índice de pobreza en la infancia entre los países más importantes del mundo. No deberíamos tener un sistema tributario regresivo en el que grandes empresas lucrativas, como Amazon, no pagan impuestos federales».

En la política exterior, Sanders afirma que pretende enfocar «en la democracia, los derechos humanos, la diplomacia y la paz mundial», combatiendo los cambios climáticos, el militarismo, el autoritarismo y la desigualdad de ingresos en el mundo.

En su trayectoria política, Sanders se opuso a la guerra de Vietnam, organizó una delegación para visitar a los sandinistas en Nicaragua, estuvo presente en la toma de posesión de Nelson Mandela en Sudáfrica y visitó Cuba. El año pasado, propuso una ley para acabar con el apoyo de EEUU a la guerra en Yemen.

Segunda carrera presidencial

Esta será la segunda disputa presidencial de Sanders, quien se identifica como socialdemócrata. En 2016, quedó segundo en las primarias demócratas, detrás de Hillary Clinton, quien calificó su candidatura como «radical» y «extrema».

Desde entonces ha ganado cada vez más popularidad y ha conseguido romper el tabú que existía en el país de hacer la crítica al neoliberalismo y al capitalismo.

Sanders defiende pautas progresistas como la construcción de viviendas populares, la promoción de la igualdad salarial entre hombres y mujeres, el aumento del salario mínimo, la garantía de una educación superior pública y gratuita, la reforma de la justicia penal, el fin de la «guerra a las mujeres» «las drogas», la generación de empleos en el sector de energía renovable y eficiente, la implantación del «Medicare para todos», políticas más inclusivas para inmigrantes y un mayor control de la posesión y porte de armas.

El escenario político para las próximas elecciones presidenciales estadounidense será diferente del que enfrentó Sanders en 2016. Esta vez, hay más candidatos y candidatas progresistas, más jóvenes que el senador de 77 años, pero ninguno con la base electoral que él ya ha establecido.

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