La Federación Internacional de Ajedrez, FIDE, ha hecho público lo que se preveía desde hace semanas, Bielorrusia no organizará la Olimpiada de Ajedrez 2022.
Según FIDE, los organizadores «no cumplieron con sus obligaciones organizativas y financieras» por lo que Minsk no albergará la Olimpiada 2022 como estaba previsto ya que ha sido anulado por el Consejo de la federación internacional.
La actual situación política en Bielorrusia con manifestaciones continuas tras las elecciones presidenciales del pasado agosto y el desprestigio internacional de su polémico presidente, Alexander Lukashenko, quien se aferra al cargo tras veintiséis años en el poder, están detrás de esta decisión que se quiere camuflar como resultado de la falta de garantía en pagos anticipados y seguros.
De hecho, entre los 650 deportistas bielorrusos que firmaron un manifiesto apoyando a la oposición política y sus manifestaciones, frente a la reelección amañada presidencial, se encuentran varios ajedrecistas, empezando por la propia presidenta de la Federación de Ajedrez de Bielorrusia y vicepresidenta de FIDE, Anastasia Sorokina.
Entre los ajedrecistas firmantes hay tres campeones, el campeón nacional en 2011, Andrei Zhigalko, así como el campeón en 2010, Eugeni Podolchenko y la campeona femenina en 2015, Lanita Stetsko.
Además apoyaron el texto los ajedrecistas Vitaly Meribanov, Dmitri Bulanov, Igor Povod, Natallia Kusenkova, Tatiana Berlin, Ilia Sapon, Anastasia Selenchik y Vladislav Zakrzheuski.
No hay que olvidar que la presidencia del ajedrez mundial, dirigida por el ruso, cercano al presidente Putin, Arkady Dvorkovich, es considerada «un complemento» para la política exterior rusa.
El propio Dvorkovich fue quien tomó la decisión de revisar la candidatura de Bielorrusia y lo justificará en la futura asamblea general de FIDE que se celebrarán por vía telemática en la segunda semana de diciembre de este año.
Del mismo modo, la Copa Mundial femenina de ajedrez, evento que se aplazó para el próximo año 2021 tampoco se celebrará en Bielorrusia.
Si las condiciones internacionales sanitarias lo permiten la próxima será en 2021 en Moscú y se abre un nuevo plazo para la Olimpiada de 2022 por lo que se recabarán ofertas al respecto.
Se trata de un jaque mate totalitario.