Claudio Zulián (A través del Carmel, Premio Nacional de Catalunya, Fortuny y la lámpara maravillosa), realizador italiano residente en Barcelona que es también escritor, pintor, músico y videoasta, estrena su segundo largometraje titulado Born (como el popular barrio, pero también como la palabra inglesa que significa “nacido”) para el que se ha inspirado, muy libremente, en La ciutat del Born, obra del historiador Alberrto García Espuche, en el que aborda algunos hechos ocurridos en la Barcelona de 1700, «donde hubo un cambio en la percepción del individuo que se acerca al hombre actual más que el siglo XIX», ha dicho el autor.
La publicidad asegura que la película “sigue las peripecias del calderero Bonaventura, de su hermana Mariana y del rico comerciante Vicenç con el que ambos tienen cuentas pendientes. Todos ellos, personajes auténticos, vivieron a principios del siglo XVIII en el desaparecido barrio del Bornet de Barcelona”. Al tiempo que intentan resolver sus vidas, viven los acontecimientos sociales y políticos de un momento que según el realizador “guarda profundos paralelismos con la actualidad”.
Confieso mi perplejidad ante la explicación de la trama. En las imágenes que yo he visto no hay una historia; sencillamente se presentan una serie de cuadros inconexos –a veces animados, a veces no- bastante logrados, muy oscuros y acertadamente iluminados, que podrían ser el objeto de una exposición del siglo de oro de la pintura holandesa. Está claro que el director es un amante de los encuadres preciosistas y llenos de detalles.
Y, como también está claro, que yo no he visto lo que él ha pretendido contar, le sigo cediendo la palabra. “A diferencia de otras obras situadas en 1714, Born no trata el conflicto de soberanía catalana, sino que enfoca la situación desde otro punto de vista: Habla de la guerra como un trastorno, muestra tres personajes que encuentran tres formas diferentes de hallarse en ese entorno», interpretados por los actores Marc Martínez, Vicky Luengo y Josep Julien.