Estuve esta mañana en el Salón central del Museo Vizcaya en Miami donde se celebró la primera Cumbre de las Américas en 1994, promovida por el presidente Bill Clinton y auspiciada por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Adriana Bianco: Museo Vizcaya donde se celebró la primera Cumbre de las Américas en 1994.La sala central de la señorial mansión está rodeada de columnas, estatuas al estilo italiano y piedras coralinas, mira al mar del Caribe y fue un marco excepcional para este evento que hizo historia por ser la primera Cumbre que no contó con la presencia de Cuba, suspendida en 1962, del foro de la Organización de los Estados Americanos.
El objetivo de estas Cumbres, a veces olvidado por los juegos políticos, es lograr una magna reunión de presidentes y gobiernos de los 34 Estados de América, para discutir y resolver los problemas de la región.
Haciendo historia, recordemos que se celebraron ocho Cumbres en distintas ciudades del continente: en 1996, se llevó a cabo en Santa Cruz, Bolivia, la segunda Cumbre, que se enfocó en el Desarrollo Sostenible del área. En 1998, tuvo lugar en Santiago de Chile, en el 2001, se desarrollo en Quebec, Canadá; en el 2004, se concretó una Cumbre extraordinaria en México y en el 2005, el evento tuvo lugar en la ciudad balnearia Mar del Plata, Argentina, donde el presidente de los Estados Unidos George W. Bush fue rechazado por la ciudadanía creándose intensos disturbios que motivaron un sistema de seguridad sin precedentes. A su vez, se celebró una Anti-Cumbre donde se perfilaron las divisiones de liderazgo intercontinental, hasta hoy mantenidas.
Fue en Trinidad y Tobago, en el corazón del Caribe, donde se llevo a cabo la Cumbre del 2009. La bella ciudad de Cartagena, en Colombia, albergó, en el 2012, el siguiente encuentro, presidido por el actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, quien sostuvo conversaciones especiales con el presidente de Estados Unidos, Barak Obama y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Estos presidentes han sido reelectos y volverán a encontrarse en esta reunión de Panamá.
Después de 21 años de aquella primera Cumbre acontecida en Miami, algunas situaciones han cambiado.
En el 2015, es la ciudad de Panamá, capital del país centroamericano la que se prepara para recibir entre el 10 y 11 de abril, a los presidentes de los gobiernos de América, en esta ocasión con la presencia de Cuba y el arribo del dirigente cubano Raúl Castro. Este hecho ha creado una expectativa inusual.
Conviene hacer memoria, (ya que en política la tendencia es olvidar), de cuales son los puntos que movilizan estos gastos siderales en los presupuestos nacionales y locales que finalmente terminan pagando los contribuyentes.
La agenda se centra en los temas fundamentales de reducción de la pobreza, desigualdad social y discriminación, alentando el desarrollo económico y los avances tecnológico, creando oportunidades de trabajo y protecciones laborales, garantizando a todos los ciudadanos la salud y la educación, impulsando los mercados y el crecimiento económico del hemisferio.
Lamentablemente, en mucha ocasiones, los presidentes se sacaron la foto histórica pero no fueron históricas las actas de la Cumbre que se cerraron con imprecisiones, sin el total de las firmas demandadas.
Para la Cumbre del 2015, el objetivo principal es la formación definitiva de un área de comercio de la región que estimule las economías continentales, tema que no fue implementado a cabalidad a pesar de haber sido tratado en la Cumbre del 2005, en Mar del Plata.
Otro punto difícil es el tema de los Derechos Humanos, que el Foro paralelo de representación ciudadana que comenzó el lunes 6 de abril, ya puso sobre el tapete, en las voces de los líderes civiles opositores a los regímenes de Cuba y Venezuela.
Por otra parte, además del encuentro entre Obama y Castro, se espera el anuncio político de la apertura de la Embajada de Estados Unidos en la Habana y de la Embajada de Cuba en Washington, donde solo existen oficinas representativas.
El tema del petróleo será sin duda abordado, ante la reducción de envio declarada por Venezuela a los países de la Cuenca del Caribe, y que ha precipitado la consideración del presidente de Estados Unidos a hacer un rescate de la zona.
A las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, se suma el conflicto de México con la desaparición de los 43 estudiantes y el escándalo de corrupción que aqueja a Brasil. El gobierno de Bolivia llevará a la mesa de negociaciones el litigio entre su país y Chile y Argentina presentará el asunto de Las Malvinas. El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela considera que la Cumbre será un espacio importante para resolver estas diferencias.
Mientras, el Foro paralelo de representación ciudadana, por medio de sus líderes civiles, ha declarado las persecusiones de la cual son objetos los opositores tanto en Venezuela como Cuba y ha denunciado las irregularidades jurídicas y las detenciones arbitrarias de la cual son objeto; el gobierno de Panamá se ha disculpado ante la detención injustificada de dos horas, en el aeropuerto de dicha capital, de Rosa Maria Paya, hija del desaparecido lider opositor Oswaldo Paya, del Movimiento Cristiano Liberación, considerándose un hecho superado, como un error de un funcionario de bajo rango sin las instrucciones pertinentes.
En torno al Centro de Convenciones los preparativos ya son definitorios y las delegaciones presidenciales se esperan a partir de este fin de semana, donde hay agendadas varias reuniones intergubernamentales.
El mayor desafio de las Cumbres es que se llegue a un consenso y que luego lo acordado sea cumplido. Esta Cumbre, tiene la tarea de consolidar aspectos fundamentales de la estrategia política y del desarrollo económico del continente, concretando un área de comercio activo en la región. Los líderes gubernamentales tienen la responsabilidad y la realización de esta tarea para bien del hemisferio. Esperemos que así sea y no quede como una foto más de reunión de los presidentes americanos.