Primero fue una corona mortuoria. Después, una cabeza de carnero y un ramo de claveles rojos. Todos ellos «regalos» depositados en la entrada de la redacción del periódico ruso independiente Novaya Gazeta, que cuenta con varias bajas de periodistas en sus filas, entre ellas la de Anna Politkovskaya, reconocida reportera asesinada hace ahora doce años en la entrada de su domicilio en Moscú cuando preparaba un artículo sobre las torturas en Chechenia.
El 17 de octubre de 2018, a la entrada de la redacción del periódico apareció una corona de muerto acompañada de una nota para el periodista Denis Korotkov, al que llamaba «traidor a la patria». Ese mismo día, un mensajero llevó al periodista un ramo de cuatro claveles rojos atados con una cinta de luto, y una tarjeta en la que estaba escrito “No te olvidaremos”.
Al día siguiente, fue un cesto que contenía una cabeza de carnero rodeada por seis claveles rojos. Según la información del digital Global Voices en francés, en Rusia y en algunos países de la antigua URSS es costumbre depositar en las tumbas recientes un ramo con un número par de flores. En el cesto había también un siniestro mensaje de «saludos» a Korotkov y la redactora jefe de Novaya Gazeta.
De momento no existen pruebas que identifiquen al autor de los macabros envíos pero Korotkov ha recibido una serie de mensajes similares de las agencias informativas relacionadas con el Kremlin y con Evgueni Prigojine, un colaborador muy cercano de Vladimir Putin y uno de los trece ciudadanos rusos a quienes el fiscal general estadounidense, Robet Mueller, acusa de haber participado en la injerencia rusa en la elección presidencial de 2016, donde salió elegido Donald Trump.
En respuesta a las amenazas, Novaya Gazeta publicó el siguiente texto: “El 15 de octubre, en varios medios entre los que se encuentra el sitio Ria Fan, relacionado con Prigojine, han aparecido artículos sobre el periodista Korotkov, en los que se le trata de “renegado”, “traidor a la patria” y “cómplice de terroristas”, al tiempo que en las redes sociales circulan mensajes similares.
“Antes que en Novaya Gazeta, Korotkov trabajaba en Fontanka, un priódico digital independiente de San Petersburgo, donde firmó una serie de artículos sobre una compañía militar secreta privada que se hace llamar “el grupo Wagner” y que ha implicado a militares rusos en la guerra civil siria. Fontanka y otros medios han publicado testimonios que aseguran que Evgueni Prigojin es el principal patrocinador de dicho grupo. Tras un detallado artículo sobre “los desaparecidos del grupo Wagner en Siria” en 2017, Denis Korotkov recibió amenazas de distintas procedencias que le obligaron a cambiar de domicilio”.
Prigojine, asegura la información de Global Voices, es tristemente célebre por haber contribuido a la Internet Research Agency de San Petersburgo, conocida como la «fábrica de trolls» que intervino en las elecciones de Estado Unidos a favor de Trump y en contra de Hillary Clinton, y que en 2017 intentó adquirir legitimidad poniendo en marcha varias páginas informativas con licencias estatales rusas.
Posteriormente, la página web de Novaya Gazeta ha publicado una declaración de su redacción, que habla de “clima de histeria y odio”: “En nuestros días, la calumnia es un arma peligrosa. La difamación y las falsas informaciones provocan guerra, asesinatos y ataques a miembros de la sociedad civil, y a los periodistas. Quienes han difundido en las redes sociales una campaña contra Novaya Gazeta y sus periodistas saben perfectamente que sus cartas contribuyen a que en Rusia haya un clima de histeria y de odio, de un nivel sin precedente (…)”.
El periódico Novaya Gazeta, fundado en 1993, cuenta con más periodistas de investigación asesinados que cualquier otro medio de comunicación ruso.