Mas allá de Allende o la dignidad del silencio
Una gran ovación se llevó el documental chileno «Allende mi abuelo Allende» de Marcia Tambutti en su presentación en la quincena de realizadores de Cannes 2015.
En el diccionario la significación de allende es «más allá de»… rezan los títulos de crédito al final de la película, resumiendo bien la intención y el objetivo cumplido de este documental íntimo y familiar que nos lleva más allá de la imagen del carismático presidente chileno, empujado al suicidio por el golpe militar que puso fin a la experiencia socialista chilena en 1973.
Marcia Tambutti, quien vivió largos años en el exilio en México, es una de las nietas del ya legendario presidente, símbolo de un Chile libre que no aceptó la dictadura, y tantos años después ha querido volver sobre ese pasado para intentar comprender mejor al que fue su abuelo, un veterano político socialista y padre de familia, del que sabemos finalmente poco. La principal referencia en materia de cine sobre el tema es evidentemente el documental «Salvador Allende» de Patricio Guzmán, quien ha dedicado toda su filmografia a la recuperación de esa memoria olvidada.
«Lo más difícil fue hacer hablar sobre el tema a mis familiares», nos dice Marcia Tambutti al poner palabras y explicaciones detrás de las fotografías y películas encontradas. Junto con su prima Maya Fernández, Marcia va dando vida a ese pasado y poniendo imágenes y voces al prolongado silencio familiar.
Silencio digno, cosas que nunca se dicen, todo eso filma con tacto y paciencia Marcia Tambutti en este documental que tardó ocho años en realizar y que ha sido posible gracias a una coproducción entre México y Chile.
Las entrevistas o conversaciones que se suceden, son preciosos testimonios, en particular con Tencha Bussi, fallecida a los 95 años, después del rodaje, la anciana esposa de Chicho –así le llamaban en familia al presidente– que nos hace descubrir con pudor las infidelidades de ese gran seductor que fue Allende, y su carácter de animal político en permanente campaña electoral a través de los años hasta llegar al poder con la Unidad Popular, pero también su profunda humanidad en el trato con sus nietos como patriarca de la familia.
Más allá de las conocidas fotos que existen de Allende, descubrimos así un verdadero álbum familiar que dice mucho de ese político a quien sus férreas convicciones, su profunda honestidad y sentido del honor condujeron al suicidio físico y político.
Pero Marcia Tambutti no nos habla aquí de política, sino que evoca el suicidio de Salvador Allende, y años más tarde el suicidio en Cuba de su tía Beatriz Tati Allende, como elementos de ese drama familiar que es de forma evidente el reflejo del propio drama de ese Chile democrático y revolucionario destrozado en 1973 por la dictadura, ese Chile al que Allende dejó antes de morir un mensaje de paz y de esperanza.
Desperdigados en el exilio los hijos y nietos de Allende hablan por fin entre si de ese pasado familiar y político, en este estupendo documental que debería ser difundido en las escuelas chilenas, toda vez que es un valioso trabajo en busca de esa memoria olvidada, como diría mi entrañable amigo Patricio Guzmán.