La proyección de prensa de “Le redoutable” de Michael Hazanavicius, segunda película francesa en competición, se produjo con una hora de retraso a raíz de una alerta de bomba que resultó ser nada, añadiendo así más caos a la organización de este festival, y a las interminables esperas antes de cada sesión, aun cuando dispones de un pase presuntamente prioritario.
Después de su muy original película “The Artist”, Cesar y Oscar al mejor director en 2011, Hazanavius regresó a Cannes en 2014 con un fallido melodrama bélico, pese a sus buenas intenciones, «The Search”. Esta es ahora la tercera vez que aspira a la Palma de Oro, pero su película ha tenido una acogida mitigada, con división de opiniones en la sala.
“Le redoutable” es una especie de lúdico, paródico y desmitificador antibiopic de ese gran cineasta francés que es Jean Luc Godard. Se trata de una muy libre adaptación de “Un an après” (en español “un año ajetreado”) relato autobiográfico de Anne Wiazemski, nieta del escritor gaullista François Mauriac, quien fue esposa de Godard en la euforia de los acontecimientos de mayo del 68.
El título “Le redoutable” no se refiere al temido y legendario Jean Luc Godard, aunque pueda también tener ese doble sentido, sino más bien a una frase que Godard había escuchado en la radio a propósito del célebre submarino francés así llamado. “Así va la vida a bordo del Redoutable”, y que solía repetir a menudo con tono de guasa.
La película más que hablarnos de las películas o del contenido de la obra de Godard, se ríe del personaje provocador y egocéntrico que llegó a dudar de su propia capacidad artística en pleno periodo maoísta, cuando el rodaje de “La chinoise” marcaba la ruptura con sus compañeros de viaje de la Nouvelle vague y anunciaba ya la separación de su joven esposa.
Hazanavicius se apropia con humor de aspectos anecdóticos de la vida de Godard en ese periodo, con una parodia en la que la figura del cineasta intelectual contestatario no sale bien parada, por su carácter irascible y antisocial, en ruptura con sus amigos y con su pareja.
La reconstrucción de los acontecimientos de mayo del 68 en Paris y en Cannes, con una excelente factura de producción, y la interpretación de Louis Garrel en el papel del ya mítico Godard, ofrecen un resultado satisfactorio y coherente con su propósito. La esposa de Godard está interpretada por la actriz franco británica Stacy Martin, a quien tuvimos ocasión de descubrir en “Ninfomaniac”de Lars Von Trier.
Todo esto nos lo sirve Hazanavicius con “citas” de la propia e inmortal obra cinematográfica de Godard, pasándolo por el tamiz de lo burlesco, lo que una parte de la crítica no dudará en calificar de “blasfematorio”.
Después de la alerta de bomba, corría enseguida el chiste de que era Godard quien había dado la alarma, pues su imagen como persona resulta más bien negativa. En mi opinión, hay que saber siempre diferenciar la obra artística, cinematográfica o literaria de la propia personalidad de su autor.
La totalidad de la obra y de la reflexión artística y ética de Godard siempre me interesó, desde que lo descubrí en los años sesenta con “A bout de soufle”, hasta sus trabajos más recientes como “Adiós al lenguaje” en 2014.
La provocadora sátira de Hazanavicius, con la que me he reído de buena gana, no pone a mí entender en tela de juicio la inmensa obra de Godard, ni mucho menos. Su lúdica parodia no me impide seguir admirando la obra de ese maestro del cine, a ver y volver a ver, de la misma manera que considero a Ferdinand Celine uno de los más geniales escritores franceses contemporáneos, digan lo que digan sobre él sus detractores.