Fantasía y violencia con Matteo Garrone
En competición he visto “Dogman”, del director italiano Matteo Garrone, un fábula sobre el sometimiento a la mafia y la brutalidad humana, con un excelente interprete, el actor Marcello Conte en el papel de un hombre que tiene una tienda de cuidados y peluquería para perros.
Aunque su guion no resulta convincente, Matteo Garrone filma con brío y sugestivas imágenes ese contexto social en donde vive Marcello, los suburbios al abandono de una gran ciudad, en donde reina la mafia y la ley del silencio.
Una metáfora sobre esa Italia dejada de la mano de Dios y su eterno cáncer mafioso, con sus ilegales tráficos diversos, que Garrone había abordado ya desde otros ángulos en sus anteriores películas, como “El extraño señor Pepino” 2002, o más recientemente “Gomorra”, sin duda su mejor película en 2008, gran premio del jurado en Cannes.
En su puesta en escena la metáfora canina la utiliza Garrone, para mostrar la paz y el sosiego de los animales bien tratados por Marcello, y la violencia brutal de los humanos. La violencia aparece también en contraste con la fantasía que aporta la relación de Marcello con su hija pequeña a la que adora e intenta proteger, y con la que busca evadirse de su humillante vida cotidiana.
Pero “Dogman” es, sobre todo en su desarrollo y conclusión, la historia de una venganza o más bien de una liberación de ese hombre que vive de la venta de droga a los mafiosos del lugar y además sometido a las ordenes de Simone, un bestial camorrista, al que todos temen, incluidas las fuerzas del orden.
Por culpa de Simone, Marcello irá a la cárcel, y es precisamente ese sometimiento que raya con el sadomasoquismo y que conduce a la explosión de la violencia, lo que resulta poco creíble en esta metáfora sobre la camorra y la sacrosanta ley del silencio.
Pero insisto, Matteo Garrone ha encontrado con Marcello Fonte un excelente intérprete. Actor y director de cine italiano Marcello Fonte ha actuado y codirigido con Paolo Tripodi “Asino vola” 2015, y como actor, “Dogman” es su tercer papel protagónico importante después de “La intrusa” de Leonardo di Constanzo 2017, y otros papeles menores en cine y televisión.
“Su dulzura y su rostro antiguo, que parece venido de una Italia en vías de desaparición, contribuyeron de forma decisiva en aclararme la manera en que quería abordar un tema tan sombrío -afirma Matteo Garrone- su personaje es un hombre que quiere liberarse de una vida de humillaciones, tiene la ilusión de haberse liberado, pero el mundo que le rodea no cambia, sigue igual, indiferente”.
La selección oficial de Cannes ha revelado así un serio aspirante para el premio de interpretación masculina, con un personaje repleto de matices, a la vez frágil, cobarde, astuto, miedoso, pícaro, enamorado de sus perros, que participa en tráficos y corruptelas, pero del que se desprende un halo de bondad y de cariño paterno, victima de sus contradicciones, pero dispuesto a todo para salir adelante.
[…] Cannes 2018: Brillante interpretación de Marcello Conte en “Dogman” […]