Caricaturizar es una empresa muy compleja. No se trata de reducir a alguien a un montón de escombros de rayas y colores cuyo parecido con la realidad no es más que pura negligencia.
Pocos artistas tienen la osadía de dedicarle a este oficio más de un par de ejercicios. La mayoría asume con sensatez que no es tan fácil como pareciera y responsablemente admiten que para salvar los escollos y no dejar la piel y los huesos en los filos de trazos imprecisos se requiere una dotación extraordinaria de ojo, mano, mente, ánimo, alma y espíritu.
Retina fotográfica para una observación acuciosa. Poder ver las tesituras, captar los contornos, iluminar las facciones y expresiones del rostro; dejarse impresionar por lo que no está a simple vista.
Mano habilidosa para exagerar los rasgos adjetivados sin profanar el corazón de lo dibujado. Saber romper a golpes del movimiento de muñeca la monotonía de la imagen de todos los días y bendecirla con una nueva vida cromática.
Mente perspicaz para sorprender los sentimientos que brotan de la mirada, interpretar los pensamientos y sentir que la otra persona le ha revelado sus secretos sin usar ni una palabra. Ánimo respetuoso como debe ser el predominante cuando se toca a cualquier ser sea con los dedos, los labios, el creyón o la tinta.
Alma sensible para entender que la relación del artista con su obra debe ser fundamentalmente amorosa. Tener siempre presente que la utilidad, prestigio o lucro obtenidos son un suplemento nutritivo, nunca la razón de ser de lo creado.
Definitivamente, para caricaturizar como es debido, el artista ha de ser portador de un espíritu seriamente risueño.
Completamente de acuerdo contigo…! La caricatura es un arte y habla no sólo del personaje objeto de la caricatura sino también como tu dices del caricaturista. En tus artículos siempre veo la firma del Sr. Xulio Formoso a quien admiro por su agudeza y percepción de las características de los personajes objeto de la caricatura que implican una conexión inmediata entre sentimientos inspirados y características físicas del mismo. Y en esto incluyo muchas veces elementos de paisaje inherentes al personaje: «todo un arte». Gracias por tus agudos escritos y por las excelentes caricaturas que los acompañan. Honor a quien honor merece ..,!
Las caricaturas son fascinantes. Dicen mucho con poco, comparado con otras formas de comunicar, especialmente cuando se trata de expresar una crítica o una «editorialización humorística». Algunos caricaturistas son geniales en los trazos mismos, otros en contextualizar sus «monos» en una escena, varios en darle vida de verdad a las figuras con los textos que añaden.
Mi favorita es una caricatura de Mafalda (de Quino, quien en realidad tiene más fuerza en los textos que en la figuras mismas, para mí, en talentosidad).
Cuadro 1: Mafalda leyendo con atención un diario: «El perro es el mejor amigo del hombre». Diógenes.»
Cuadro 2: (Mafalda con rostro de interrogración y perplejidad).
Cuadro 3: Mafalda se pregunta: «¿Qué clase de periodismo es éste?
Cuadro 4: Mafalda de nuevo: «Nadie le ha preguntado la opinión al perro».