Cartas de amor: una de esas interpretaciones que están en peligro de extinción

La palabra carta nos remite, y nunca mejor dicho, a múltiples imágenes: desde la carta postal ordinaria, a los naipes, pasando por las ya inexistentes cartas de ajuste de la televisión. Pero la imagen que hoy pretendo retratar no es ninguna de estas; les hablo de las Cartas de amor que interpretan la gran Julia Gutiérrez Caba y el sin par Miguel Rellán.

Cartas de amor, obra del dramaturgo estadounidense A.R. Gurney, que aunque inicialmente no fue escrita con la intención de ser un texto teatral, llegó a las puertas del premio Pulitzer. Actualmente es considerado un clásico moderno que ha estado en las tablas madrileñas durante dos temporadas y el pasado domingo dijo adiós.

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Cartas de amor, Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán. ©Foto Marieta AVI

Esta obra relata la relación epistolar que mantienen Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III, pertenecientes a dos familias adineradas y de buena posición. las epístolas comienzan cuando ambos tienen ocho años y se extienden durante los siguientes 50. Todo empieza con una tarjeta de agradecimiento de Andrew a Melissa por la invitación a su octavo cumpleaños y continúa con postales de los lugares de veraneo, con cartas de felicitación y con cartas en las que relatan sus peripecias y el devenir de los años.

En todas estas cartas que empiezan en la infancia, se relatan las etapas de la vida con sus consiguientes formas de verla y la atracción permanente que les une. En las primeras se cuentan sus travesuras infantiles y los consecuentes castigos que hacen pensar a que les están criando una pandilla de desequilibrados. Sus vivencias en los internados a los que son destinados en la adolescencia, con la visión de que «la vida apesta» y de que «el mundo es una mierda»; punto de vista común en la pubertad, más tarde sus experiencias universitarias… Andy, el dueño del sentido común, estudia leyes en Yale y Melissa todavía sigue luchando con lo que su madre llama autodestrucción para continuar sus estudios.

Con caracteres que son aparentemente opuestos; Andy es ordenado, con sentido común, responsable y sensato y Melissa, en cambio es caótica, anárquica, irresponsable; solo está pendiente de su cabello y dibuja cosas inconexas. La realidad es que pide con un sordo grito de socorro, ayuda a Andy y a su sensatez. En las cartas se hace una metacrítica a las mismas; Melissa odia escribir cartas, prefiere la inmediatez del teléfono, pero Andy cree que armado con su Parker 51, escribir es una manera de sentirse vivo, aunque parezcan una simple hoja de papel son inmortales y tienen una ventaja sobre el teléfono y es que no se pueden colgar. Pero Melissa sigue teniendo un reproche, cree que sabe más de Andy por sus cartas que por conocerle en persona, aunque con los años, este hecho no pesará.

Cartas de amor pone de relieve múltiples situaciones vitales, por lo que todo espectador inevitablemente se siente identificado. Critica la aleatoriedad de la vida, así como lo impersonalizada que a veces resulta la letra impresa en las cartas. Hace tangibles valores como la familia, el dinero, el valor de las cartas frente al teléfono, la amistad, el amor y en definitiva, la vida.

Con una gran escenografía que acompaña a esta relación epistolar realizada por Mónica Boromello; un sofá en el que se sientan ambos, en sendas esquinas y con un cuidado juego de luces que se apagan conforme las cartas van alfombrando el suelo.

Respecto a la interpretación de Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán, solo se puede decir que es excepcional. Una lectura dramatizada grandiosa que provocan que la imaginación del espectador se deje guiar en esta obra, en la que todo se dice, pero nada se ve. Parafraseando a su director David Serrano, ambos atrapan con cada palabra. Señoría, no hay más que añadir.

Cartas de amor no es una comedia para reírse a carcajadas; es una comedia para sonreír(se). Es una obra que apela al humor, a la ironía, al miedo, a la alegría, a la ternura, a la melancolía y a la nostalgia; tras este aparente potpurrí de sentimientos se esconde un canto a la vida y a sus oportunidades.

No sé si siempre nos quedará París, de lo que estoy segura, es que siempre nos quedarán las cartas (de amor).

 

Ficha técnica:

  • Actores: Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán
    Adaptación y dirección: David Serrano
    Iluminación: Ion Aníbal
    Escenografía: Mónica Boromello
    Producción Ejecutiva: Lola Graiño
    Dirección de Producción: Ana Jelín
  • Fecha de la representación: 9 de diciembre de 2017

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