México aún se encuentra lejos de ser un lugar seguro para ejercer la libertad de expresión y el periodismo debido a la censura, intimidación y la impunidad a la que se enfrentan los medios de comunicación.
Así lo destaca la Casa de los Derechos de Periodistas (CDP), que de acuerdo con sus estadísticas señala que en 2012 y 2013 se han cometido 20 asesinatos de periodistas, y en el mismo periodo se han documentado 175 agresiones; además, siete colegas han desaparecido.
La CDP ha mstrado su preocupación al cumplir tres años de su fundación como organización, que, entre sus tareas, figura el apoyo, asesoría y acompañamiento para proteger la integridad y los derechos de los periodistas y comunicadores.
El tipo de intervenciones que otorga la CDP son: protección integral, cautelar y correctiva, que en su mayoría son preventivas. Para tal efecto han sido abiertos 237 expedientes que han permitido contactar y apoyar a 650 periodistas, entre hombres y mujeres.
Los periodistas son hoy día uno de los sectores más vulnerables: no cuentan con el reconocimiento legal de que su profesión es de interés público y, por tanto, son sujeto de protección del Estado. Debido a esto, se acota la vigencia de sus derechos mínimos de trato profesional en salarios y prestaciones, de pleno acceso a la información de interés público, de garantías para escribir y divulgar con libertad de conciencia, de mantener el secreto profesional de las fuentes, de la protección de las empresas o del sector público en misiones o tareas de alto riesgo profesional: de la carencia de respaldo estatal y/o empresarial para la formación profesional continua, de instrumentos para apelar decisiones editoriales de las empresas.
El análisis de la CDP subraya que todavía son más vulnerables las mujeres periodistas, a quienes se escatiman sus esfuerzos profesionales, se les sigue tratando con prejuicios en la asignación de fuentes o comisiones de trabajo, en prestaciones y salarios; se les acosa y hostiga sexualmente. Se puede decir que se les invisibiliza como profesionales.
En sus tres años de existencia, la CDP reitera su misión de trabajar para que los periodistas mexicanos ejerzan su profesión de manera segura, libre y profesional, por la libertad de expresión, uno de los grandes baluartes de la democracia, y para beneficio del derecho de la sociedad a estar informada.
Agresiones que no paran
La última agresión conocida tuvo lugar en la madrugada del pasado día 10 en el municipio de San Martín Mexicapam, Oaxaca. Al parecer, unos desconocidos incendiaron y carbonizaron la camioneta del periodista Filadelfo Figueroa Mendoza, estacionada cerca de su casa. El ataque podría ser la consecuencia de una serie de llamadas y mensajes con amenazas que venía recibido desde hacía meses.
También hay que destacar que en Oaxaca, el Estado donde se registran más agresiones contra las mujeres, los periodistas del género femenino sufren una violencia que no se da en otros. Al menos es lo que aseguran Lydia Cacho y Sanjuana Martínez, dos reporteras cuyo trabajo dedicado a denunciar la violencia les ha acarreado múltiples problemas. Dentro de unos días presentarán un trabajo que han titulado “Informe diagnóstico sobre violencia en contra de mujeres periodistas México 2010-2011″, elaborado a través del Programa de Libertad de Expresión y Género de Comunicación e Información para la Mujer Asociación Civil (CIMAC).
Por su parte, Reporteros sin Fronteras ha informado de que las agresiones ya no provienen sólo del crimen organizado, sino que más de 60% se deben a funcionarios públicos que se sienten atacados o exhibidos. A la vez, ha hecho hincapié en que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el derecho a la información en el mundo, al contabilizar 86 periodistas asesinados en más de una década; 20 comunicadores desaparecidos de 2005 a la fecha y 40 ataques a instalaciones de medios de comunicación.
Article19 ha documentado que, desde año 2009 al 2012, se cometieron 772 agresiones contra periodistas y medios de comunicación por razones presumiblemente vinculadas con su labor de investigar y difundir información. Del total de actos violentos, 128 pueden catalogarse como graves: 36 asesinatos; 32 agresiones con armas de fuego o explosivos a instalaciones de medios; 6 desapariciones; y 23 privaciones ilegales de la libertad. Además, desde 2011 comenzó a registrarse un fenómeno de desplazamiento forzado de periodistas debido al peligro inminente contra su vida e integridad personal, ascendiendo en dos años a 31 casos.
A pesar del discurso oficial del Estado mexicano de que “el mayor agresor contra la prensa es el crimen organizado”, Article19 ha comprobado que, entre 2009 y 2013, los agentes estatales han continuado siendo los principales agresores contra la prensa, con un 51,03% (394 casos) de los ataques.
Los grupos del crimen organizado han sido señalados como responsables del 13,76% de los ataques registrados en 2012 (106 casos). Además, en el 17,22% de los casos se desconoce la identidad de los responsables (133 casos).