Creo haberme referido alguna otra vez al exceso de protagonismo de Gran Wyoming en El Intermedio, el excelente programa satírico de La Sexta, sin competencia en otros canales de televisión de difusión nacional.
Lo más llamativo y reprochable en el mismo, que lleva ya muchas temporadas entre nosotros, es el carácter de busto parlante que se le da a la copresentadora, antes de Sandra Sabatés y hasta ahora con Sandra Sabatés, reducida a dar las noticias que son motivo de glosa satírica por parte de Wyoming.
Celebramos por eso que ayer haya podido acceder al pico de la mesa Sandra, para hacer la reflexión correspondiente que desde ese punto hace siempre su jefe. Algún medio como El Huffington se refiere a la entrega de ayer jueves como histórica por el hecho de que Sabatés haya podido comentar el proceso que está en marcha contra La Manada, ese quinteto de energúmenos implicados en una violación grupal en los Sanfermines de 2016.
Sandrá Sabatés criticó que se recrimine a la víctima porque después de la agresión lleve una vida normal y se refirió al clima de sospecha favorecido por algunos medios de comunicación que han publicado titulares en los que se pone en duda la versión de la víctima.
Lo preocupante de este cuestionamiento, dijo Sabatés, es que sucede con demasiada frecuencia y no sólo en los medios de comunicación. ¿Por qué en las agresiones machistas el foco parece estar siempre en las mujeres? -se preguntó la presentadora, no sé si periodista-. Parece impensable que esto ocurra con la víctima de un atraco por no haberse resistido al ladrón.
Precisamente por eso, Sabatés ha llamado a los periodistas a interiorizar esta máxima: «Cuando informemos de las mujeres que han sufrido violencia de género, tenemos que hacerlo con responsabilidad y, sobre todo, con respeto.
Es de esperar que a partir de ahora Wyoming ceda el pico de la mesa a quien no solo está con él en el plató para reir sus gracias. Digo yo. ¿Nadie en esa casa de comunicación se ha dado cuenta hasta ayer?