El 15 de julio de 2017, las cenizas del militante pro-democrático, intelectual y filósofo chino Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz 2010, fueron arrojadas al mar en Dalian, en el noreste de China, en una ceremonia íntima contraria a la tradición del país, escribe Oiwam Lam en el digital Global Voices en francés.
En distintas entrevistas emitidas por las televisiones de Hong Kong, Liu Xiaoguang, hermano del disidente fallecido a consecuencia de un cáncer de hígado detectado mientras cumplía una condena de once años de cárcel por “traición”, ha ironizado sobre la ayuda recibida por su hermano, tanto en el tratamiento de su enfermedad terminal como en la organización de sus funerales.
Las personas cercanas a la familia del Nobel fallecido estiman que la decisión de arrojar sus cenizas al mar se ha tomado para evitar que nadie pueda organizar actos de homenaje en una tumba. Amigos y familiares que no han podido asistir a la incineración ni ponerse en contacto con la viuda, Liu Xia, en arresto domiciliario desde hace siete años, apoyan esta decisión.
En las redes sociales chinas, especialmente en Weibo y WeChat, sigue la periodista de Global Voices, los investigadores aprecian un aumento significativo de la censura tras la muerte del activista. Según la organización Citizen Lab, que desde Toronto (Canadá) investiga los derechos digitales en el mundo, ya no se toleran conversaciones sobre Liu Xiaoboo y su obra. Lokman Tsui, professor universitario en Hong Kong que colabora con Citizen Lab, resume las conclusiones en su cuenta de Facebook: “Antes de su muerte, en Weibo se podía hablar de Liu Xiaobo siempre que no se tratara de temas sensibles, como la “Carta 08” o su tratamiento médico en la cárcel. Despúes de su muerte, la simple mención de su nombre, en inglés o en chino (simplificado o tradicional) es suficiente para que se bloqueen los mensajes. Su fallecimiento marca también la primera vez que se filtran imágenes en conversaciones privadas, como hasta ahora sucedía en los foros y chats de grupos”.
“En Sina Weibo, las búsquedas con el nombre de Liu Xiaoboo, ya estaban prohibidas. Después e su nombre, basta solo el nombre (Xiaoboo) para que actúe la censura, lo que demuestra que las autoridades han pasado a considerar su muerte como otro tema sensible más. Sin embargo, hay muchos ejemplos que demuestran que los usuarios siguen buscando y produciendo contenidos utilizando palabras-clave alternativas”.
El equipo de investigadores considera que el aumento de la censura se deb tanto “al temor a potenciales acciones colectivas” como a un intento “de evitar el ridículo y salvar la cara”.