El Dr. Antonio Cepillo Boluda era un médico singular. Una persona que hizo que el propio cáncer que le ha arrebatado la vida no lo hiciera a sus pequeños pacientes oncológicos. Siempre les recetó una sonrisa y con su nariz de payaso, les dió la esperanza que alguna vez perdieron al entrar en oncología.
La vida que sigue siendo dura y contradictoria y a veces no nos permite seguir, se ha llevado a Cepi como era conocido en el hospital. Un tumor le fue detectado hace tres años justo cuando acababa su MIR y ya podía ejercer de pediatra. En el Hospital General de Albacete todos los días se encargaba de hacer que sus guachis le recibieran con esa sonrisa que les había recetado el día anterior, y nunca, nunca, dejó de hacerlo.
Compartían la quimio y también la esperanza porque él sabía que se iba a curar. Les hizo ver a los niños que esa aventura en el hospi era transitoria, y que en ese juego, todos iban a jugar con su enfermedad.
Hoy, los padres, amigos y simpatizantes de Cepi solicitan en Change.org que el hospital universitario lleve su nombre. Una persona que ha dado todo por la medicina, un ejemplo a seguir y una sonrisa que esbozar cuando algún guachi sea diagnosticado de cáncer. La campaña ha sido iniciada por Natalia Martín Salas y en cinco días ha conseguido 30.000 firmas. El gesto solo pretende devolverle algo de lo que él dejó en los padres y en esos niños que tanto le echan de menos.
Una persona valiente que no solo luchaba contra su enfermedad sino que se desvivía por los demás. La humanidad del Dr. Cepillo Boluda será la huella que ha dejado para siempre en esos niños que han salido adelante y le recordarán siempre. El capitán Optimista pertenece a los premios Hospital Optimista; un referente nacional de la humanización en el entorno sanitario, la fuerza motriz que mueve todas las sonrisas en los hospitales. Entre los organizadores del proyecto destacan, además de Vygon España, la Fundación Grupo OTP, el equipo de investigación WaNT de la Universitat Jaume I y la Fundación Atresmedia.
Gracias en nombre de los niños, gracias en nombre de la vida. No tengo palabras para describir la impotencia, la injusticia y lo terrible que puede ser la vida cuando a un ser humano como tú, el cáncer, maldito cáncer, te ha arrebatado la vida. Gracias por tanto. Ahora descansa en paz.