La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha ordenado al Estado de México otorgar medidas cautelares a favor de la revista “Contralínea”, al considerar que sus miembros se encuentran en una situación de alto riesgo, después de la agresión que sufriera el medio de comunicación en junio pasado, informa Cerigua.
Las medidas cautelares, dictadas el pasado 18 de julio, ordenan al Estado mexicano adoptar acciones de seguridad para los trabajadores de la revista, investigar los hechos que originaron la medida y prevenir que éstos se repitan, según dio a conocer el medio.
Tras analizar las alegaciones de hecho y de derecho presentadas por los solicitantes, la Comisión considera que la información presentada demuestra en un principio que los miembros de la revista se encuentran en una situación de gravedad y urgencia, puesto que su vida e integridad afrontan un estado de riesgo inminente, aseguró el organismo.
La CIDH señala también que los aportes de Contralínea sugieren que los presuntos hechos estarían orientados a obstaculizar el ejercicio a la libertad de prensa, debido a una serie de reportajes e investigaciones sobre la aparente participación del sector público y privado en la comisión de delitos de corrupción, abusos de poder y violaciones a los derechos humanos.
El 23 de junio en horas de la noche, desconocidos ingresaron a las oficinas del medio y hurtaron equipo de cómputo, de audio y de grabación; los desconocidos dañaron también los cables de las cámaras de vigilancia de la revista, las cuales fueron instaladas en 2012 como medida de precaución, luego de otros ataques.
Este hecho se dio a dos meses de que delincuentes armados asaltaran la vivienda del director de Contralínea, Miguel Badillo, cuando éste se encontraba ausente; hasta la fecha las autoridades no han logrado determinar un posible móvil de ambos robos.
Desde hace varios años este medio ha sufrido diversos tipos de agresiones, desde allanamientos hasta demandas; el 7 de agosto del 2007, miembros del Grupo Zeta Gas irrumpieron en sus instalaciones y amenazaron con desaparecer la revista, al mismo tiempo que exigían revelar sus fuentes de información.
Un día más tarde, Contralínea fue demandada, por supuestos daños morales, por la empresa que había sido señalada de cometer actos de corrupción; el caso fue resuelto a finales de 2008; actualmente existen otros tres recursos legales contra el rotativo.
Fin Cerigua
