La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) informa de que ha superado la aguda crisis financiera que amenazó con limitar su capacidad de cumplir con funciones básicas.
La respuesta de países miembros y otros donantes permitió a la Comisión mantener su capacidad instalada en cuanto a procesamiento de peticiones, casos y medidas cautelares y de monitoreo de la situación de derechos humanos en la región, a través de la renovación de los contratos del personal por el resto del año. Asimismo, se pudo reprogramar el Período Ordinario de Sesiones del segundo semestre del año, que había sido suspendido por falta de recursos.
“Es con gran satisfacción que podemos anunciar hoy que la grave crisis financiera que atravesamos en 2016 ha sido superada”, dijo el presidente de la CIDH, comisionado James Cavallaro: “Esto fue posible gracias al esfuerzo financiero especial que realizaron países miembros y otros donantes para ayudar a resolver la urgencia. El anuncio de la crisis generó una movilización de recursos con una rapidez que no es usual para los tiempos que necesita la cooperación internacional. Esto demuestra que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuenta con una legitimidad institucional extraordinaria entre países miembros y otros donantes internacionales, tanto Estados como organizaciones internacionales y regionales”, agregó.
La CIDH valora muy especialmente los esfuerzos que hicieron Argentina, que anunció un aporte total para el año de 400.000 dólares; Chile, que además de 80.000 dólares de financiamiento organizó el Período Extraordinario de Sesiones de junio; Panamá, que además de 150.000 dólares en recursos financieros organiza el Período Ordinario de Sesiones del segundo semestre del año; así como Colombia (aporte de 100.000 dólares), México (aporte de 50.000 dólares), Perú (aporte de 55.000 dólares), Uruguay (aporte de 24.000 dólares) y Antigua y Barbuda (aporte de 1.800 dólares). Asimismo, la CIDH valora los aportes efectuados por la Comisión Europea, Dinamarca, España, Suecia, Suiza, Fundación Arcus, Cammina, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y las Universidades de Notre Dame y Stanford. A esto se suma además promesas de aportes financieros de Canadá y Estados Unidos.
“Estos aportes nos permitieron resolver los dos riesgos inminentes que enfrentábamos: la posibilidad de no realizar un período ordinario de sesiones, y la posibilidad de perder una parte importante de nuestra capacidad de cumplir nuestras funciones debido a la pérdida de casi la mitad del personal”, dijo el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão: “Ambos temas están hoy resueltos, por lo cual podemos decir que la crisis puntual de 2016 se superó. Esto no quiere decir que se haya resuelto el grave problema estructural de un financiamiento que es deficiente, que sigue requiriendo una acción decidida por parte de los Estados”, explicó.
La CIDH agradece también el apoyo moral que se recibió desde los más diversos ámbitos tras el anuncio de la crisis. Entre ellas, las manifestaciones de apoyo del Secretario General de la OEA, del Secretario General de la ONU, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, así como los dos cuerpos independientes más grandes del sistema de derechos humanos de Naciones Unidas (el Comité de coordinación de Procedimientos Especiales y los Presidentes de los Órganos de Tratados de derechos humanos); de cientos de organizaciones de derechos humanos a nivel nacional, regional e internacional; organizaciones y asociaciones de jóvenes, pueblos indígenas, mujeres, afrodescendientes, escritores, veedores, estudiantes; universidades y otras entidades educativas; así como víctimas de violaciones a los derechos humanos cuyos casos fueron procesados en la CIDH, sus familiares y sus representantes, entre otros. Asimismo, la CIDH valora los esfuerzos realizados por su Secretaría Ejecutiva a fin de superar esta crisis.
“El anuncio de la crisis de la CIDH generó una movilización masiva que, para ser sincero, fue profundamente conmovedora para todos y todas quienes nos dedicamos con tanto compromiso a la causa de los derechos humanos desde este lugar tan especial que es la Comisión Interamericana”, dijo el Presidente de la CIDH. “Especialmente conmovedor fue ver los mensajes de víctimas de violaciones a los derechos humanos y de sus familiares, donde nos decían que ellos saben el valor que tiene la Comisión y nos preguntaban si podían donar. La experiencia vivida en estos meses, sobre todo los mensajes de apoyo de personas que de diversas maneras encontraron en la CIDH una respuesta efectiva a su situación, nos ha renovado y reforzado nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos en toda la región”.
La CIDH fortalecida
A fin de evitar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos enfrente una nueva crisis el año próximo, es indispensable que los Estados miembros aprueben un presupuesto regular adecuado. La CIDH y la Corte Interamericana han formado un grupo de trabajo conjunto para presentar al Secretario General de la OEA una propuesta integral de financiamiento sostenible para los dos órganos del sistema interamericano de derechos humanos. La decisión sobre el presupuesto para el año 2017 será adoptada por los Estados en la Asamblea General extraordinaria que se realizará el 31 de octubre próximo.
“El presupuesto regular actual de la OEA para la CIDH es de 5,3 millones de dólares anuales, lo cual es insuficiente para cumplir el mandato tan importante y delicado que los Estados nos han otorgado, de velar por el respeto y la garantía de los derechos humanos de cada habitante de esta región”, dijo el Presidente. “Confiamos en que, a la luz de todo lo ocurrido, los Estados miembros adoptarán las decisiones que se necesitan para garantizar el funcionamiento adecuado y sostenible del sistema interamericano de derechos humanos”.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan a sus países de origen o residencia.