El clan de las divorciadas: estamos entre buena gente

En El clan de las divorciadas las carcajadas no cesan un momento. Debe haber mucha verdad, mucha identificación entre el público con lo que allí se expresa, o bien se trata de admiración ciega por algún actor o actriz como luego se verá. Y una de dos, o ellos son muy buenos (me refiero a los tres actores que forman el reparto) o la sonoridad de la sala es extraordinaria porque no se escapa ni un final de frase, ni un deje ni un gritito ahogado, y los diálogos resuenan nítidos, cristalinos, sin tacha ni enmienda alguna.

clan-divorciadas-cartel El clan de las divorciadas: estamos entre buena gente

Estamos en el Teatro Muñoz Seca, 17 filas son su patio de butacas, lo que se dice una bombonera muy limpia y decorada con gusto. Sobre las paredes, bajo el tintineo de las lámparas que añaden más brillo al brillo, retratos de gran formato en blanco y negro con cuatro rostros de actores consagrados, gente buena que un día pasó por aquí y aquí se quedó para triunfar: de un lado, Lina Morgan y Aurora Redondo, captadas en uno de sus mejores momentos; del otro, Irene Gutiérrez Caba y Amparo Rivelles. Más atrás, donde el patio rebaja su altura para dejar paso a la planta balcón, un poco más en la sombra, los galanes José Luis López Vázquez y Alberto Closas. Todos en blanco y negro, no se puede pedir más. Estamos entre buena gente y «El clan de las divorciadas», en este sin igual contexto, ve reforzada su estela con la rotundidad de sus palabras, de los enunciados que allí se vierten de manera tan acertada y tan bien dicha. Tan risueñamente recibida.

He aquí la Sinopsis argumental de la obra: “Físicamente, ¿estás más cerca de Apolo o de Bartolo?” Ésta es una de las preguntas que diseñan las heroínas de «El Clan de las Divorciadas» con la esperanza de encontrar al hombre ideal. Las tres protagonistas, de características muy opuestas, se ven forzadas a compartir un piso. La convivencia será explosiva. La risa es la estrella de la obra, el humor enciende todos los diálogos, lo cómico se manifiesta en el lenguaje corporal de cada una de las integrantes del Clan.

La actriz Esperanza Elipe, en el papel de Estefanía María de Montijo Estuardo de León y de Todos los Santos (ella es quien da vida a «la aristócrata», que recibe en su casa pero cobrando), está genial. Su verbo es acertado y su expresión es naturalísima, ella será la anfitriona de las otras dos almas gemelas que allí llegan, tan orgullosas de ser divorciadas como suplicantes de asilo. Vanesa Romero en el papel de «la extranjera» (ella es Mary Baybowl) la secunda debidamente contrastando en carácter y hechuras merced a sus incesantes grititos perrunos. Pero la mejor recibida por el público es Brigida «la pueblerina», papel en el que «se desempeña» a las mil maravillas el televisivo Andoni Ferreño, sin que nada tenga de particular el hecho (que en otros tiempos sería el caso) de que sea una buena mujer, porque a nadie le extraña ya en nuestros días (¡y ay del que se le ocurra!) que una mujer con su voz y con su porte no pueda obtener la mayor aceptación entre el bravío, amén de ser la más respetada allí donde las otras dos sucumben.

Todas se encontrarán en un piso compartido (necesidad y modernez obligan) y allí, en ese cuartel general de la Calle Goya, carísimo por otra parte, tratarán de salir adelante y de «rehacer sus vidas», para lo cual es imprescindible una dosis enorme de sinceridad. Pues a eso se dedicarán las 3 sin perder el ánimo, ni siquiera debajo de la ducha.

Algo sobre Alil Vardar, el autor de El clan de las divorciadas: Nacido en Bélgica en 1970, siempre demostró gran interés por las artes escénicas. A los 20 años, creó su primer dúo actoral (“Les Fous Alliés”) y comenzó a destacarse sobre el escenario. Luego, se traslada a Francia donde se consagra como experto en unipersonales. Desde 2000 hasta 2003, va puliendo el texto de «Le Clan Des Divorcées» que es el fruto de una idea arriesgada: encarnar él mismo el rol de Brigitte, una de las protagonistas. Gracias al éxito de la obra, Alil y su hermano Hazis adquieren cuatro salas de teatro en París incluyendo el mítico teatro Le Palace con capacidad para 1000 espectadores. En la actualidad, continúa escribiendo y produciendo obras teatrales en Paris, con tres piezas de su autoría en cartel: 10 Ans de Mariage (“10 Años de Matrimonio”), Familles (Re)composées (“Familias Reconstituidas”) y Le Clan des Divorcées.

Título: El clan de las divorciadas
Autor: Alil Vardar
Dirección: Hazis Bardar
Reparto: Andoni Ferreño, Esperanza Elipe y Vanesa Romero
Escenografía: Grupo Marquina
Iluminación: Manu Dávila
Estilista: Charo J. Grueso
Teatro Muñoz Seca
Fechas: desde el 2 de septiembre de 2015 de martes a jueves a las 20.30h; viernes y sábados a las 20.15h y 22.30h; domingos a las 19.30h. Las entradas pueden adquirirse desde 12 euros.

Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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