Apaciguamiento. Éste parece ser el resultado evidente del Congreso de la FIP que se ha desarrollado, entre el 6 y el 10 de junio, en Angers (Francia). La organización mundial de los periodistas celebró simultáneamente el 90 aniversario de su fundación. Angers fue un buen Congreso, desde el punto de vista profesional y gremial. Y eso también es el resultado de una organización excelente, por parte de los sindicatos de periodistas de Francia.
Hablo de apaciguamiento porque no fue así en los dos congresos anteriores (Cádiz, 1910; Dublín, 2013). Entonces, la influencia aplastante y el autoritarismo de un secretario general, Aidan White, que se había prolongado excesivamente en el tiempo (más de dos décadas) generó un ambiente de duras discrepancias internas. Cádiz representó el alza de la mayor voluntad de representación -y la potencia- de los gremios de periodistas de otros grandes países y continentes, de África y América Latina, sobre todo.
En Dublín, un error (probablemente de origen administrativo, pero sin impacto posible en el resultado de la elección del presidente), generó agrias disputas que no aplacó la segunda votación en la que Jim Boumelha (NUJ, Reino Unido e Irlanda) fue ratificado en la presidencia. Ha sido un presidente muy activo, presente en los países en los que se le requirió, entre 2007 y 2016, y estratégico y eficaz, a pesar de las dificultades a las que se ha enfrentado; sin olvidar el repetido encono hacia él de quienes -desde hace años- no se reconocen en el nuevo contexto planetario de la FIP.
En realidad, si recordamos lo sucedido en Dublín, origen aparente del encono citado, lo que no debería haber sido nada más que una anécdota electoral, sirvió entonces de pretexto a la minoría, encabezada por algunos sindicatos nórdicos y la DJV de Alemania, para oponerse a lo que en Cádiz ya había estado claro: el fin del control de la FIP por parte de una serie de países del primer mundo que manejaron la organización a su antojo durante el largo mandato de White. Éste terminó saliendo de la FIP, en 2014, de manera forzosa, ante su tenaz oposición a un Comité Ejecutivo que ya no aceptaba sus imposiciones y maniobras. Una lástima porque White eliminó por sí mismo la posibilidad de salir brillantemente de una organización que él había configurado y reforzado y en la que su capacidad de comunicación y su eficacia no estuvieron ausentes.
Nada ha vuelto a ser igual después de Cádiz (2010)
Lo refleja la normalidad en la elección de Philippe Leruth (Bélgica), que fue el candidato derrotado en Dublín. Ahora Leruth venció a Celso Schröder (FENAJ, Brasil), a quien apoyaban –con matices- quienes fueron ya mayoritarios en Cádiz y Dublín. Schröder podría haber sido un buen candidato, pero se manifestó a última hora; quizá porque entre los delegados brasileños, el peso de la crisis de su país ocupa un lugar demasiado importante como para preparar -a escala planetaria y con calma- los asuntos gremiales del periodismo mundial. El presidente Jim Boumelha (NUJ, Reino Unido e Irlanda) había prometido no presentarse a otro mandato, pero sí lo hizo al cargo de Tesorero Honorario en el que resultó clarísimamente elegido frente al candidato nórdico-europeo, Juha Rekola. Boumelha ya ejerció como Tesorero de la FIP antes del Congreso de Moscú (2007).
Como vice-presidente primero, con un resultado clarísimo, fue elegido Younes M’Jahid (Marruecos), junto a las dos vicepresidencias segundas, que ocuparán Sabina Inderjit (India) y Joachim Kreibich (del sindicato Verdi, Alemania).
Todos los elegidos mencionados conforman el Comité Administrativo, junto al secretario general actual, Anthony Bellanger (puesto ejecutivo mayor, pero sin voto en el CA, y a su adjunto Jeremy Dear, británico).
La elección de Philippe Leruth reflejó también las dudas de quienes vienen siendo mayoritarios, tras la decisión de Boumelha de no optar a la reelección. Sin embargo, entre los 16 consejeros elegidos para el resto del Comité Ejecutivo (es decir, los del CA más esos 16) son mayoría quienes reflejan las posiciones ya mayoritarias en Cádiz y Dublín. Eso no ha cambiado.
América Latina no pudo evitar mostrar sus discrepancias internas, aunque obtuvo tres puestos (Zuliana Láinez, Perú, quien goza de un enorme prestigio; Filemón Medina, Panamá; y Adriana Hurtado, de Colombia).
En resumen, el resultado expresa un cierto equilibrio. Ésta vez nadie contestó la limpieza del proceso electoral. De algún modo, cada tendencia obtuvo algún tipo de satisfacción; los minoritarios de Cádiz y Dublín, ganaron la presidencia por la vía de Leruth. Fue una lástima que la DJV (Alemania), una organización de periodistas muy significada en Europa, mantuviera su anunciada ausencia y su empecinamiento que pueden terminar con su expulsión de la FIP, por impago de cuotas.
En el Consejo de Género, María Ángeles Samperio (FAPE, España) fue reelegida.
Entre los consejeros del nuevo Comité Ejecutivo, quien firma aquí estas líneas fue el cuarto candidato más votado y el primero entre los tres europeos elegidos (junto a Dominique Pradalié, SNJ, Francia; y Raffaelle Larusso, FNSI, Italia).
Hubo momentos de tensión, especialmente en la votación propiciada por las dos organizaciones (árabe y kurda) de Irak que no lograron ser reconocidas como delegaciones de países distintos, como pedían – de manera picaresca- para tener algunos votos más.
Dejo para más adelante el comentario de los debates sobre resoluciones, mociones de urgencia, etcétera, en donde hubo ocasiones de todo tipo. En el enlace que sigue, se reflejan los votos de todos los candidatos (excesivamente numerosos) a los puestos de consejero del Comité Ejecutivo. Reitero aquí mi felicitación al nuevo presidente Philippe Leruth, a quien deseo la continuidad de ese apaciguamiento interno del que hablaba al principio. Leruth entra con buen pie.
La explosión de la diversidad en los medios, el lugar de los periodistas más jóvenes, la necesidad de recuperar para ellos la plenitud de sus derechos profesionales y laborales, la paulatina desaparición o la reducción de las grandes redacciones, la dispersión mediática, por un lado, y la concentración mediática por otro, los cambios tecnológicos del sector, los nuevos medios digitales, el incremento del número de los periodistas a la pieza, la pluralidad lingüística, la diversidad y la igualdad de género en la profesión, la impunidad de los ataques y asesinatos de periodistas en numerosos países, la organización gremial de los periodistas: son sólo algunos de los retos múltiples que afronta el periodismo planetario. Demasiado, como para afrontarlo separados.
Enlaces complementarios:
Análisis complementarios:
http://www.dalage.fr/ (en francés)
http://tim-dawson.com/?p=815 (en inglés)