Amnistía Internacional ha solicitado algo más que un número de teléfono para evitar los continuos casos de acoso escolar que aún no se denuncian en España.
Los niños y adolescentes acosados en colegios e institutos no tienen más ayuda que ese número al que pueden llamar o no para denunciar lo que llaman pesadilla.
Bajo el lema, pupitres libres, Amnistía Internacional ha desplegado un teléfono gigante ante el Ministerio de Educación para denunciar el actual sistema de acoso escolar que puede ser físico, verbal o relacional; bien por la estatura, por la raza, el sexo, la orientación sexual, o la discapacidad, entre otras razones.
En ocasiones, aseguran, no existe una correcta recogida de datos y no existen como tal cifras oficiales que amparen los casos que se conocen pero que aún no se denuncian. Para ello, la organización ha solicitado a las autoridades competentes que implementen loo necesario para que sea garantice el anonimato y sean fáciles de utilizar por los afectados.
De igual forma, quieren conocer los criterios que el Ministerio está siguiendo para hacer las derivaciones de los casos de acoso escolar; los protocolos que se han puesto en marcha; a qué tipo de servicios derivan los casos; y si, de cualquier modo, informan o no a la inspección educativa. Amnistía Internacional destaca la «ausencia» de datos y de transparencia, hasta una formación «insuficiente e ineficaz» del personal docente y de otro tipo, pasando por una «débil» rendición de cuentas.
Desde hace un año, la Fundación Anar dispone de un teléfono contra el acoso escolar que está ayudando a los niños y adolescentes pero consideran que sigue siendo insuficiente para abordar este delicado asunto.