Cuando todos supieron que Granados estaba metido en el ajo optaron por escoger el nombre latino de la granada, púnica granatum. Ahí empezó todo, continuó todo y salió todo. La agonía de un país y de un presidente que solamente sabía pedir disculpas hizo que en el final del año catorce, España estallara por los aires.
Así podría comenzar el párrafo de un libro de historia que probablemente estudiarán nuestros nietos y que nosotros vivimos como el que oye llover. El primero te impacta, pero cuando son tantos, es como cuando se dice que han muerto diez mil personas por el ébola. Nadie se para, pero Excalibur está en una caja de madera y todo el país se paraliza. Pobre perro, no me meto con él, me meto porque la información no siempre se asimila y no hablamos de uno, hablamos de miles de millones y los niños, en este país, se mueren de hambre.
Rajoy no sabe por dónde seguir con el hilo de la trama y tampoco sabe quién ha tirado de él, se defiende como puede y pide disculpas y solicita cohesión en un pacto irreal para parar esta debacle. ¿Cuántos más lleva el carro? Lo cierto es que como siempre pasa, cuando en prensa se dice alfa, queda hasta la omega, recuerden, cita, que algo queda. Al presidente la guerra de los catalanes le va a parecer una zapatilla rusa con la que se ha montado en este otoño que parece primavera. Ya no son brotes verdes, son chorizos en toda la extensión de la palabra y lo digo con tristeza porque ayer fuimos noticia en Unicef.
España ya no pide para los países del tercer mundo con esas tarjetas que recuerdo que escribía de niña al llegar Navidad. Hoy este país tiene hambre y muchos niños se crían sin llevarse un huevo frito a la cama. Hablamos de los datos que ofrece Cáritas para que alguno se quede pasmado, máxime si lleva las riendas de la economía española y por favor, no insulten a la inteligencia y a la bondad humana.
Gracias a las yayas que comparten su pensión, a las familias que apoyan cuando no hay, a los amigos que dan al que no tiene, las personas salen adelante más o menos torcidos, pero salen. Pero ¿qué hay de los que nada tienen? Hay gente que no tiene padres, ya no tiene amigos porque en esas circunstancias vuelan, y no tienen al lado a alguien de quien tirar.
Seguimos hablando de España. Un país que ha retrocedido diez años pero que ha tenido, uno por uno, a mandatarios que se han llevado el dinero muerto. Eso que se sepa, porque lo que no se sabe siempre quedará ahí, en el cajón de los casos olvidados, en lo que llaman papel que prescribe porque eso es lo que sucede, se termina el plazo y la gente se olvida. Mires por donde mires han salido a la luz personas brillantes que hace años se subieron al balcón a aplaudir porque habían ganado. Personas que fueron ejemplo para una sociedad y para unos estudiantes. Personas que fueron nombrados doctores honoris causa, personas respetadas y respetables que hablaban de corrupción y de chorizos y ellan ellos mismos.
Esperanza Aguirre se ha quedado muda, Alicia Camacho dice que unos roban y otros no, pero hay que pedir perdón, y el presidente, que no sabe ni por dónde pasa el aire, está flipado en toda la extensión de la palabra. Uso este verbo coloquial porque otro distinto no pegaría en este sarao. Eso si que es poner un circo y que le crezcan los enanos. La opinión pública pasa hambruna, tiene problemas para encontrar trabajo si tiene más de cuarenta, no cobra el paro, seis millones de personas están en su casa, la población envejece, pero, España sale según algún titular. Las grandes cifras puede que vayan mejor pero el huevo frito sigue sin freirse en casa. Estamos fritos a impuestos y la sensación es de que nos han mentido. No uno, ni dos, ni tres, ni cuatro, ya no sé cuántos nos han robado.
Mientras eso sucede van entrando en la cárcel con una pena irrisoria de dos añitos, personas que también robaron, a la sazón, la ex de Cachuli, la cantaora Pantoja que tiene un pie dentro pero no llegará a entrar, el cuñado del Rey, que no se sabe pero eso va más lento que el caballo del malo, y así hasta que se canse de contar gente tóxica que ha robado porque en este país ya, al parecer, ningún político es de fiar. 22 de los 34 ministros de Aznar han robado que se sepa y lo que te rondaré, morena.
Alguna vez dije que esto da asco, pero ahora no sé qué pensar. Creo que no sabemos qué pensar ninguno porque esto no ha hecho nada más que empezar. No es el caso púnica, es el Malaya, los papeles de Bárcenas, el caso Gürtel, el Pokemon, las Tarjetas Black, los Eres de Andalucía, los Pujoles en Cataluña, el Caso Nóos, el Caso Palma Arena, el Caso Palau, el Caso ITV, y ahora la Operación Púnica… Solamente hay 1700 causas, 500 imputados y de momento pagan con algunos días de estancia 20 chorizos. Así que el pequeño Nicolás es un aficionado al lado de todos ellos; uno más, que ya apuntaba desde niño. ¿Solamente han robado algunos? Los demás deben ser tontos o deben no querer hacerlo porque a río revuelto, ganancia de pescadores. La gente pide que se explique eso, piden que devuelvan el dinero y se les embargue su nivelazo de vida de compra de bragas y gambas y piden que les den dinero para un huevo frito.
¿De qué país hablo? Hablo de España, camisa blanca de mi esperanza. El último CIS habla de Podemos. Podemos, no sé si podemos, pero que se lo están poniendo en bandeja es así de real.
Siga copiando,
A esos españoles que fueron nuestros antepasados los robaron. ¡Copien! en mayúsculas y negrita, mientras que sus niños pasaban hambre. Esa banda de chorizos robaron en España, se llamaban, Rato, Cachuli, Bárcenas, Pantoja, Blesa, y así, hasta 500 imputados… todos ellos llamados según los nombres de sus autores con un mote. El más gracioso fue el Púnica Granatum porque nadie sabía latín entonces y creían que hablaban de otra cosa. Era el apellido de uno de los chorizos, llamado Francisco, Paco, para los amigos. Granados de apellido.
Era el año catorce y era España. Un país que salió en las listas de Unicef como uno de los países en donde había bajado el nivel de vida de las personas trabajadores y los niños acabaron pasando hambre. Eso sí, todos veían a Ronaldo meter goles millonarios.
Fin de la historia. Mañana seguimos con el año 15 señores, acabó la clase.
