En pos de la juventud que ya ha pasado
La pareja –cinematográfica y real- formada por el actor y realizador Guillaume Canet El caso Farewell, Sólo una noche) y la actriz Marion Cotillard (ganadora del Ocar 2007 por “La vida en rosa”, biopic de Edith Piaf, «Aliados”, “Inception”), protagoniza “Cosas de la edad” (título original “Rock’n’Roll”), una disparatada comedia sobre la tiranía de la imagen y el valor de “lo joven” en nuestras sociedades.
Los dos actores se interpretan a sí mismos en esta fantasía en torno al éxito profesional y los valores de ser y parecer que, en su caso, llevan al hombre a emprender un cambio radical cuando le llega la crisis de los 40, algo que parece ser especialmente importante en “ese animal pueril y narcisista que es el actor” (Nicolas Schaller, L’Obs). El juicio negativo de una compañera de rodaje, interpretada por la joven actriz Camille Rowe (“L’ideal”), le lleva a la convicción de que tiene que hacer lo que sea para continuar siendo deseado por productores y público. Su drástico cambio de imagen va acompañado por un cambio de actitudes también, que preocupan mucho a la familia y amigos.
Sátira social y parodia de una situación muy real en distintas profesiones, y no solo entre los actores –la de “los mayores” que difícilmente encuentran encaje social cuando rebasan una cierta edad que, por otra parte, ha quedado desfasada con el aumento de la esperanza de vida-, cuando mujeres y hombres persiguen desesperadamente una juventud que ya ha pasado, en actuaciones tan ridículas como patéticas. En el centro del debate que plantea, el papel del ego en la vida del actor y la necesidad de controlar la propia imagen.
A pesar de ser un tanto desigual y excesivamente larga a mi juicio, estamos ante una comedia que sirve momentos realmente divertidos al espectador y tiene un final por lo menos inesperado.
Parece ser que la realización de esta película ha venido a restañar una vieja herida, la de la mala acogida que, en 2013, tuvo en el Festival de Cannes la película de Canet “Blood Ties”. Aquella mala experiencia ha sido la inspiradora de esta comedia en la que todos los personajes que aparecen se interpretan a sí mismos, incluidos el rockero recientemente fallecido Johnny Hallyday y su esposa Laetitia, inmersa en una sonada bronca judicial con los hijos adultos del actor, nacidos de anteriores matrimonios, a cuenta de la considerable herencia del cantante.