Cuando llegue septiembre todo será maravilloso…
Este era el título de una canción de cuando yo era joven. Bien, pues ahora se repite la historia. Por fin acaba agosto, todo volverá a la normalidad: los niños al colegio, el sueño a las noches, la crisis a su sitio… en fin, todo vuelve a su ser natural.
Puede que sea una impresión mía, pero este agosto de 2013 empezó con mal pie y esperemos que termine mejor y nos dejen de milongas.
En una columna anterior decía que ahora ya no hacían falta monstruos del Lago Ness para mantenernos entretenidos y el ejemplo lo tenemos aquí. El mismo día 1 de agosto y coincidiendo con la operación salida de vacaciones, vimos al presidente Rajoy, hablando en el Congreso/Senado. Había que paliar el posible efecto de la comparecencia con las maletas de los ciudadanos, que naturalmente en un día como ese no estaban para casos “Bárcenas”.
Después de esto, silencio absoluto del gobierno, y puesta en marcha de la maquinaria de entretenimiento para el personal. A mediados del mes, tres secretarios generales del PP declaran ante el juez. La cosa se pone calentita y hay que solapar.
“Milagrosamente”, un conflicto de siglos aparece en escena: Gibraltar. Cuando yo hice Magisterio en años pretéritos, nos hacían marchar por el monte cantando una cancioncilla que tenía por título “Gibraltar español”. Supongo que será fácil localizar en Google la letra; de veras que no tiene desperdicio. Bueno, pues lo dicho, qué mejor tema para que no hablemos de las cosas que se han dicho en sede judicial que tener una bandera donde envolvernos.
No digo yo que no tengamos razón en nuestras quejas. Lo que me escama es la oportunidad temporal. De repente, en pleno mes de agosto nos damos cuenta de que están echando hormigón al mar, que se hace contrabando, que es un paraíso fiscal entre otras cosas y nos ponemos dignos. Las colas en la Verja se agrandan, los pescadores se enfadan, el conflicto pasa a los organismos internacionales y tenemos hasta observadores… Todo muy “oportuno”.
Pero ya podemos estar tranquilos. Ha empezado el fútbol y todo vuelve a su normalidad. Ya no tenemos que entretenernos con Bárcenas, ni con Gibraltar. Ya tenemos cosas serias de las que hablar, leás, Messi, Cristiano, Casillas… En fin, que ya no estamos huérfanos. Ha empezado la Liga y volvemos al “pan y circo” que dirían los romanos, aunque me temo que este otoño vamos a tener más circo que pan.