El joven Cuarteto Gerhard formado por los violines Lluís Castán Cochs y Judit Bardolet Vilaró, la viola de Miquel Jordà Saún y el cello de Jesús Miralles Roger, ha presentado en Madrid su disco de debut dedicado a Schumann, Berg y Kurtág y editado en el sello discográfico Harmonia mundi.
El Cuarteto Gerhard toma su nombre en honor de Roberto Gerhard (1896-1970), responsable de la llegada a España del dodecafonismo, a quien quieren rendir homenaje.
Presidiendo la presentación, estaba la periodista de Radio Clásica María del Ser, quien los hizo hablar de sus orígenes y de sus planes de futuro: estamos ante uno de los más prometedores cuartetos jóvenes europeos que se distingue por su sensibilidad, la calidad de su sonido y su respeto por la música como valor humano. Educados en escolanías y centros musicales de Cataluña, los cuatro miembros residen actualmente en Berlín y ya tienen tras de sí un largo camino, con siete años de conciertos y descubrimientos en común que les han valido grandes premios internacionales.
Su primer disco ya es revelador de una gran altura de miras en el repertorio y el gusto por los desafíos. Se trata de un disco que declara abiertamente su devoción por la dodecafonía con especial hincapié en su capacidad para expresar las devociones más acendradas y los sentimientos más quintaesenciados.
Compositores como Alban Berg que sufrieron enormemente en sus vidas y que a cambio de ese sufrimiento produjeron obras con una técnica innovadora pero de una belleza tan arrebatadora, son su objetivo. Por ello se han fijado también en Shumann, cuyas emociones encajan dentro del más declarado romanticismo, si bien las técnicas usadas ejercieron su dominio sobre ellas de diferente manera, y en Toldrá, al que homenajean también en el disco, que se ha granjeado la fama de ser el mejor de los compositores españoles del siglo XX porque en él el paisaje aparece nítido y revelador con los estados de ánimo. Son, podríamos decir, genios del Romanticismo y a la vez muy clásicos en el fondo de sus composiciones y de su alma.
El cuarteto interpretó en directo, en primer lugar, a Alban Berg con su ‘Suite Lírica’ (1. Allegro giovale), a continuación Toldrà y su ‘Nocturn’ y finalmente fue el turno de R. Schumann y su op.41/3 (2. Assai agitiato).
Entremezclados con las interpretaciones en directo y las audiciones del disco, sus comentarios contextualizaban las piezas oídas, en especial la emblemática Suite lírica de Berg, tras cuyas notas se oculta la historia de un amor imposible, y la de Robert Shumann, dedicada a la que sería su mujer Clara Shumann.
Fueron muy interesantes los textos que a este propósito leyó María del Ser referentes a cada autor, concretamente las cartas entre Alban Berg y su amada imposible, Hanna, y entre Shumann y su futura esposa, Clara (separados también durante mucho tiempo por imponderables de la edad y de las familias). Textos que, sin duda, merecen formar y forman parte del epistolario amoroso de todos los tiempos y que muestran cómo los compositores sorprenden en sus vidas privadas con unas inseguridades, unos sufrimientos y unas esclavitudes que uno no se imagina en un genio. Lo que revela que estos genios, con toda su grandeza compositiva, eran muy semejantes en su inmensa fragilidad a cualquier ser humano. Razón para apreciarlos más.