Ya hemos comentado en algún que otro cuaderno la situación que está viviendo el pueblo palestino, sobre todo en la franja de Gaza, por la venganza de Israel después del brutal ataque de Hamás en octubre de 2023 a población civil israelí. Es tal la barbaridad que Israel está cometiendo que no lo podemos dejar de denunciar.
Esa venganza se ha convertido en un genocidio contra la población civil. Desde la nave contemplamos estos hechos con absoluta impotencia, no podemos intervenir. Ni en este conflicto, ni en la guerra de Ucrania, Kiev también ha sufrido en los últimos días un ataque brutal por las fuerzas de ocupación rusas.
En las otras guerras tampoco podemos hacer nada, todos estos países pertenecen a las Naciones Unidas, pero los derechos de veto de los países más poderosos hacen imposible cualquier resolución que de verdad detenga estas atrocidades.

En la mañana de hoy se ha convocado por parte de «Global movement to Gaza, Spain», una manifestación-concentración con el lema «De Madrid Río hasta el mar de Gaza» con la clara intención de apoyar al pueblo palestino y parar esta masacre.
La brutalidad, los bombardeos, los francotiradores, los confinamientos, la imposibilidad de recibir ayuda, la destrucción intencionada de hospitales, de viviendas, los ataques directos a la población civil, el corte de todo tipo de suministros que están provocando una de las mayores y crueles hambrunas como medio de guerra, merecen una respuesta.
«No es una guerra es un genocidio» ha sido uno de los lemas más y con mayor fuerza gritados. Y efectivamente, no es una guerra. Es tal la desproporción de fuerzas que se convierte en un aplastamiento total de un territorio con toda su población convertida en el objetivo máximo del enfrentamiento. Un pueblo que apenas se puede defender dada la infinita diferencia de recursos.
Hay intentos de la comunidad internacional de detener esta barbaridad pero Israel, con el apoyo, incondicional de los Estados Unidos, la inoperancia de las instituciones europeas, con el apoyo de algunos de sus gobiernos (y la crítica de otros, al menos un poco) decimos, Israel, se sabe impune, y esa es la mayor tragedia para el derecho internacional.
Las simpatías que pudo despertar el estado de Israel cuando fue creado por la ONU al finalizar la Segunda Guerra Mundial en compensación por el sufrimiento del pueblo judío a manos del ejercito alemán, pero no sólo, están siendo sustituidas por el rechazo y la incomprensión a que tal pueblo esté cometiendo otro holocausto contra la población civil palestina.
Algunas voces de población civil y de organizaciones no gubernamentales se están levantando, y les honra, en el mismo estado de Israel, contra de esta atrocidad, pero es necesario que sea la mayoría de esa población la que se levante y diga basta, porque con su apoyo mayoritario a las decisiones de su gobierno se están convirtiendo en cómplices del genocidio.
En Madrid Río miles de personas se han manifestado este 31 de agosto 2025 intentando, desde este cauce medio seco de la capital, impulsar a las flotillas de cientos de embarcaciones que han salido hoy desde Barcelona y Génova, y en los próximos días de otros puertos de Italia y Túnez, para intentar romper por mar el bloqueo de la ayuda humanitaria que está sufriendo la franja de Gaza.
La población civil se está levantando contra esta gran injusticia, lo estamos viendo estos días en el recorrido de la Vuelta ciclista a España, donde vergonzosamente compite un equipo llamado Israel. Son constantes las concentraciones y manifestaciones en cientos de países. Iniciativas individuales pero con gran repercusión también muestran la desazón y el rechazo a esta invasión.
El grito de esta mañana en Madrid debe llegar a la otra orilla del Mediterráneo para que los habitantes de Gaza sepan que no están solos, para que los habitantes de Israel sepan que se están quedando solos.




Excelente análisis.
Gracias a la sociedad civil por movilizarse y colmar el vacío dejado por la hipócrita actitud de los gobiernos europeos que no han tomado ninguna sanción eficaz contre el gobierno genocida de Netanyahu. Gracias a los madrileños y catalanes por esa acción solidaria. Hay que hacer llegar la ayuda humanitaria. En ningún caso una acción terrorista puede justificar un genocidio.