Según los datos que reporta el Fondo de la ONU para la infancia (UNICEF), cerca de 770 000 niños, la mitad de ellos menores de 5 años, de la región de Kasai en la República Democrática del Congo, presentan desnutrición aguda como consecuencia del conflicto que golpeó a esta región desde agosto de 2016 y además, unos 400 000 niños corren el riesgo de morir por la desnutrición aguda severa que presentan.
Antes de esta fecha, en agosto de 2016, las cinco provincias que componen la zona de Kasai eran las más pobres del país. Cientos de miles de habitantes se vieron en la necesidad de abandonar su tierra por el conflicto y muchas no han podido sembrar para cosechar sus propias tierras.
La directora ejecutiva de Unicef, Fatoumata Ndiaye, visitó la región congoleña y apuntó que el conflicto y el desplazamiento son las consecuencias devastadoras para los niños de Kasai. La responsable de Unicef cree que ahora que los accesos han mejorado, el gobierno y los aliados humanitarios, con apoyo de la comunidad internacional, tendrán que aumentar las intervenciones vitales para que estos niños no mueran y sea demasiado tarde.
Miles de niños han estado durante meses sin atención sanitaria, agua potable o educación, subraya la responsable de Unicef.
Según el citado informe de Unicef, más de 400 escuelas han sido atacadas o utilizadas con fines militares, 100 han sido destruidas dado que cerca de 440 000 niños no pudieron terminar el curso escolar; para ello, han instalado 314 aulas de forma que los escolares vuelvan a hacerlo. Por otro lado, no solo el impacto de la desnutrición en menores, es importante resaltar, añade, que los centros de salud, cerca de 200, han sido saqueados y, por tanto, no se han vacunado los menores. De ahí el creciente aumento de cólera y sarampión.
Es importante resaltar además que a consecuencia de las milicias, miles de niños han sido reclutados para combatir o asesinar, o simplemente como escudos humanos. Menores que son utilizados como porteadores y que se les somete a un bautismo dándoles pociones alcohólicas para poder manipularlos. Estas pociones contienen insectos, carne humana y huesos y les hacen ver que adquirirán poderes sobrenaturales que los protegerán durante el combate.
Niños vulnerables que tienen el cóctel perfecto para ser utilizados: hambre, pobreza e incultura. Niños que no tienen donde elegir. La organización para la infancia, asegura que necesitan más fondos para que reciban tratamientos, atención y, sobre todo, para que puedan salvar la vida. Una situación dramática que arrasa con la vida de los menores ante el mundo, en Kasai.