El martes 9 de agosto es el último día de galas del Festival del Cante de las Minas y lo hace por todo lo alto con dos galas. La primera, la más especial, en el tablao instalado en el corazón de la mina Agrupa Vicenta, gala de cante y toque a cargo de dos ilustres artistas, el cantaor granaíno Juan Pinilla, Lámpara minera 2007 y el guitarrista unionense Antonio Muñoz, nieto del gran Antonio Fernández, cantaor y guitarrista e hijo de la cantaora Encarnación Fernández, dos veces Lámpara Minera en 1979 y 1980. Toda una saga de artistas de La Unión que ya va por la tercera generación.
Una gala en el corazón de la mina no es cualquier cosa; es el más genuino homenaje a la historia minera, en este lugar donde aún resuena el quejío de los primeros cantes mineros, hijos del sufrimiento y la explotación, casi esclavitud humana desde mediados del siglo XIX hasta su cierre en los años setenta del XX.
Juan Pinilla, erudito flamencólogo, concienciado y comprometido con la siniestralidad laboral, dedica su Lámpara a todos los mineros fallecidos en el trabajo. Así que empieza el concierto con una serie de Cantes Mineros; Minera, Levantica de Encarnación Fernández, Cartagenera. Luego un recorrido por palos históricos y como no podía ser de otra manera inicia con una Caña, tronco primitivo de los cantes andaluces que ha ido modificándose con el tiempo y por sus cantaores. Una de Cantiñas de Cádiz, o Cái, con las que se va a la mar con letras de Rafael Alberti precisamente sobre el tema Nos vamos a la mar. Sigue en Cái por Alegrías, cantes festeros para salir del drama de la cuenca minera. Después la solemnidad de la Siguiriya gitana y granaína con letras de García Lorca, comprometidas con el pueblo, que aquí en la mina suenan como propias.
La segunda parte es una clase magistral por la historia, localización y temas de los Fandangos según su procedencia; de Almería, son fandangos mineros y de la mar, y empieza con El fandango de Almería/nadie lo sabe cantar/que lo cantan los mineros/cuando van a trabajar/a las minas del Romero. O este otro El fandango de Almería/es azul como las aguas de la mar de su bahía/que brilla como la plata/al anochecer del día. Y así va recorriendo Andalucía con Fandangos de Granada, de Málaga con recuerdo al Jabegote; sigue una Rondeña de Federico, copla lírica de poesía popular de reproches y malentendidos. Y dice Pinilla, ¡como el debate político de ahora mismo! Fandangos de Cabra (Córdoba) con crónica y crítica social de aquel Niño Muriel, con sátiras de borrachera; Fandangos de Huécar Sierra, del Niño de Puma, cantes de buena sierra, de labranza, picantes y de catetos. No olvida Pinilla la guitarra del Maestro Cancanilla en su charla evocadora de los fandangos. Ahora toca el Fandango del Albaycín y podría seguir por los fandangos de cada pueblo de Andalucía, pero eso alargaría el concierto hasta el amanecer.
Faltaban las bulerías en lo hondo de la mina. Y por bulerías suenan en la voz de Juan Pinilla y en los acordes de la guitarra de Antonio Muñoz, cantes populares, versionados centenares de veces, como el lorquiano Los cuatro muleros, para que el público reunido en la mina pueda corear; un recuerdo a Cecilia, su Ramito de violetas por bulerías y siempre por bulerías Se nos rompió el amor y Cielito Lindo y para poner broche de oro a esta tarde/noche, el más sentido de los Poemas del Alma de García Lorca, el Jaleo: Anda jaleo jaleo/ya se acabó el alboroto y ahora empieza el tiroteo…La emoción del público de la mina se expresa cantando ¡por bulerías!
Inolvidable entorno, inolvidable concierto de cante y toque a lo grande.
Antonio Reyes y José Mercé en la Catedral del Cante
El programa de galas se cierra la noche del martes 9 de agosto en la Catedral del Cante con un concierto de pura raíz flamenca a cargo del debutante en el festival de La Unión, Antonio Reyes Montoya y del veterano maestro y referente de flamencos, José Mercé. Después seguirán las semifinales del concurso de cante, toque, baile e instrumentos que culminarán con la finalísima de la que saldrán los ganadores 2016 de la Lámpara Minera, Desplante, Bordón Minero y Filón respectivamente.
El cantaor de Chiclana de la Frontera estuvo acompañado del guitarrista Diego El Morao y los palmeros Chicharito de Jerez y Diego Montoya.
Antonio Reyes tiene una voz flamenca y preciosista, llena de sentimiento que expresa con sus expresiones faciales, de manos y cuerpo que integra maravillosamente en los ritmos de los palos que va interpretando. Diego El Morao es el cómplice imprescindible para dar cuerpo físico a algo intangible. Las palmas insustituibles para enfatizar los ritmos de cada cante. Un equipo perfecto.
Todo empieza con la soleá por bulerías Por los rincones que el cantaor dedica al público unionense al que se dirige por primera vez. Sigue por tangos que cantan la penita grande, grande, muy grande…con un lolailo precedente del rap en el mundillo. Una gozada.
Y llega el turno de los cantes mineros, al fin y al cabo está donde está, en la Catedral del Cante de las Minas. Y es una Taranta seguida de otros cantes de Levante. Pero ya no puede resistirse a irse para su tierra, así que atacan unas gloriosas Alegrías de Cádiz a las que sigue el cante solemne de la Siguiriya y para el broche del fin de fiesta, fandangos y bulerías.
Antonio Reyes, un cantaor a tener en cuenta.
José Mercé y Antonio Higuero
¡Qué vamos a decir a estas alturas de José Mercé, veterano referente donde los haya de todos los cantes flamencos!
Acompañado de la exquisita guitarra de Antonio Higuero y las palmas de Chicharito de Jerez y Merce García, el jerezano da comienzo a su concierto por la Malagueña de Enrique Mellizo. La voz flamenca por excelencia canta desde el fondo de su alma; a sus 61 años no se le nota merma alguna ni en potencia ni en calidades de voz y eso que se rumorea por aquí que José no tiene esta noche su garganta al cien por cien.
Pero suena divino.
Jondura y duende en su continuación por malagueñas, una soléa, una serie de fandangos por soleá y su especialidad, la siguiriya que borda con la complicidad y esquisito arte en el toque de Antonio Higuero. ¡Qué gran guitarrista!
Un guiño a la tierra minera por Tarantos con los que enardece al público.
El broche final por bulerías, con una preciosa Mora de la Morería/Mora que a mi lado moras/Mora que ligó sus horas/a la triste suerte mía/Mora que a mis plantas lloras/porque a tu pecho desgarro…!
No sé que podría yo añadir aquí que no se haya dicho ya mil y mil veces del cante llevado por todo el mundo y por todo el mundo reconocido de José Mercé.
Y faltaba la sorpresa. La entrega del Carburo de Oro a José Mercé por el alcalde López Milán, en reconocimiento a su pase por la Catedral del Cante lo menos una veintena de veces. Él responde: “Me siento aquí muy a gusto, lo llevaré en mi corazón”. “¡No me dejéis de traer!” “¡Viva la Unión y vivan los mineros!”
Y que viva muchos años el gran José Mercé.