Ileana Alamilla, presidenta de la Comisión de Libertad de Prensa de la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), recuerda a la opinión pública que el Día Mundial contra la Impunidad se estableció inicialmente el 23 de noviembre, en conmemoración del aniversario de la masacre de Ampatuan, Filipinas, en 2009, cuando 32 periodistas y trabajadores de medios fueron asesinados.
El objetivo de esta efeméride es lograr justicia para quienes ejercen el derecho a la libertad de expresión y, específicamente, para los profesionales de la información, que han hecho del ejercicio de este derecho su profesión. Posteriormente, la fecha se movió al 2 de noviembre.
Señala Ileana Alamilla en una columna de opinión publicada en diversos medios que todas las vidas humanas tienen el mismo valor; sin embargo, asesinar un periodista es la forma extrema de la censura y de la agresión, lanza un mensaje negativo e intimidatorio y se niega a la sociedad el derecho de estar informado.
Respecto a su país, Guatemala, indica que figura como uno de los países con más periodistas asesinados en Latinoamérica, y que a pesar de leyes formales que garantizan la libertad de expresión y de que existen instituciones estatales que protegen al periodista, la impunidad se hace casi norma.
También sobre esta efeméride, Irina Bokova, directora General de la Unesco, ha señalado que “La justicia es la piedra angular de toda sociedad libre; disuade a quienes amenazan la libertad de expresión y alienta a quienes la defienden; esta es la razón por la cual la injusticia contra los periodistas es tan costosa para todas las sociedades”, razón que ha motivado en 2017 se haya invitado a 62 Estados Miembros que tenían casos no resueltos a proporcionar información sobre el estado de las investigaciones judiciales.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) informó a su vez de que en 2017 fueron asesinados 42 periodistas profesionales, cinco periodistas ciudadanos (el periodismo no es su profesión) y ocho colaboradores de medios de comunicación. En diez años, más de 700 periodistas han perdido la vida en el ejercicio de su profesión, señala esta oenegé.
Y la SIP considera que a través del hemisferio americano se ha consolidado un patrón de agresiones que afecta el ejercicio del periodismo y que proviene tanto del crimen organizado como de autoridades y gobiernos.
Ileana Alamilla concluye que cada 2 de noviembre «debemos recordar a nuestros colegas asesinados vilmente a lo largo de la historia, a quienes rendimos un sentido tributo. No se borrará de la memoria gremial la aberrante intensión de silenciar la voz de denuncia que ellos ejercieron; rendimos homenaje a sus vidas y continuamos exigiendo justicia para los asesinos».