Teodoro Rentería Arróyave
Desde la campaña político electoral, y un poco antes, se le acusó al ahora presidente de la República de México, Enrique Peña Nieto, de ser favorecedor de los poderes fácticos. Además, se dijo, que de llegar a la primera magistratura del país, a esos poderes fácticos, llámense televisoras, telefónicas y sindicato de la educación, en compensación se les iba a otorgar más poder en detrimento de la nación y de los mexicanos.
En esa campaña de desprestigio, también se afirmó que el viejo PRI -Partido Revolucionario Institucional-, de regresar a Los Pinos, reinstalaría la “dictadura perfecta”, como lo señaló el escritor peruano, Mario Vargas Llosa, aunque ahora ya rectificó.
Nada de esto ha ocurrido, por el contrario, una de sus primeras acciones fue enviar al Constituyente Permanente la iniciativa de Ley de Reforma Constitucional Educativa, ya aprobada, y así descabezar a ese poder fáctico llamado Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, faltando solo la Ley reglamentaria respectiva.
Muy importante y significativo el haber convocado a todas las fuerzas políticas o partidistas para firmar e integrar el Pacto por México, que causa escozor hasta en aquellos que los exigían.
La Cámara de Diputados ya también aprobó la moderna Ley de Telecomunicaciones, que hasta los expertos más críticos han considerado como un paso fundamental para acabar con la hegemonía que por años han tenido las televisoras y en esa misma dinámica abaratar sus costos, también los de la telefonía y demás servicios de comunicaciones.
Desde luego que aún faltan algunos ajustes, que seguramente impondrá el Senado de la República como cámara revisora.
Lo que no se vale es la actitud desafiante de dos panistas, Ernesto Cordero Arroyo y Javier Lozano Alarcón, ambos frustrados suspirantes a la Presidencia de la República.
Ambos, ya anunciaron la operación hormiga para retrasar la aprobación de tan importante norma legislativa. Bueno sería, que realmente estuvieran en la tesitura de enriquecer este instrumento jurídico.
Lo grave es, que como miembros de la ideología derechista, estos legisladores trataran de revertir a favor de las empresas monopólicas, lo que hasta ahora se han ganado.
Seguramente su frustración los lleva a estos excesos, puesto que nunca llegarán a la Presidencia de la República.
De ahí que se desprenda la aseveración: de que más que inconformes, son vengativos