Amputaciones tras accidentes, infecciones u otras causas hace que al menos, 30 millones de personas necesiten una prótesis para continuar según datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud. Países en donde quizá falte material, expertos o centros especializados hace que la condena sea para siempre si no disponen de una pierna o un brazo para aprender a vivir con la amputación, con la discapacidad de por vida.
Las impresoras 3D han abierto la puerta a la discapacidad física gracias a que los técnicos protésicos consiguen realizar en tiempo real una imagen que logran igualar como si de una fotocopia se tratara. Los llamados encajes protésicos permiten que el miembro copiado pueda ser útil a las personas con amputaciones.
Handicap International es una organización humanitaria de solidaridad internacional, independiente e imparcial que trabaja en situaciones de pobreza y exclusión, conflicto y desastre. Además ayuda a que personas con diversas discapacidades en todo el mundo puedan seguir y actualmente lleva a cabo un estudio piloto en tres países con 19 pacientes con discapacidad. Una tecnología basada en la ayuda en emergencias humanitarias. Esta asociación encargó a la empresa Profit con sede en Bulgaria los ajustes para una prótesis. Este tipo de prótesis pueden llevarlas poco tiempo dado que se rompen todavía y no son de la calidad esperada dado que les falta estabilidad.
Por ello, las prótesis en 3 D que siguen siendo la esperanza para millones de personas con discapacidad siguen siendo estudiadas dado que aunque la esperanza de imprimirlos abaratando costes ha sido conseguida, no son aún de la calidad suficiente para ser comercializadas. En todo el mundo existen un montón de iniciativas económicas que podrían solucionar a largo plazo la discapacidad en el mundo si bien, todavía todo son ilusiones.
El movimiento Enabling the Future es actualmente una red informal de miles de personas voluntarias que utilizan impresoras 3 D para producir manos ortopédicas baratas; su lema es hacer una diferencia en la vida de las personas. Pedir una mano, construir una mano o ser voluntario para ayudar es el primer escalón. Poner en contacto a los demás para ayudar a los que más lo necesitan es el primer paso para terminar con este gesto; volver a andar; a lavar la ropa o a coger a un niño en brazos puede ser una esperanza que a lo mejor, cueste 150 euros.