A Madrid ha llegado Don Juan, un musical a sangre y a fuego, una producción mexicana que ha querido estrenarse aquí, en España y concretamente en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía de Madrid y que más tarde irá a Valladolid, patria de su creador, Don José Zorrilla, a rendirle tributo de admiración y agradecimiento, pues es su texto el que sigue fielmente el musical.
Don Juan, el musical, cartelYa saben, aquello que reza «Yo a los palacios subí/yo a las cabañas bajé/… /que aquel a quien yo maté/ pudiera matare a mí». O aquello otro casi al final y todavía más llamativo, puesto que lo pronuncia rodeado de fantasmas a las puertas del infierno: «Clamé al cielo y no me oyó./ mas si las puertas me cierra/ de mi paso por la tierra/ responda el cielo y no yo» volverán a oírse en este musical que quiere superar, por su suntuosidad escenográfica y de vestuario, por el lujo de sus voces clarísimas (se entiende todo lo cantado) y sus bailes y por su fidelidad al clásico, todo lo que anteriormente se ha hecho con la obra de Zorrilla, tantas veces representada.
No hay duda de que en este musical, interpretado por 24 cantantes y bailarines, con partes recitadas o simplemente dichas, la producción mexicana le ha dado un nuevo aire al clásico más importante de la literatura en español, y por eso, en honor a lo español, ha querido venir a estrenar este Tenorio, al más grande estilo de Broadway, en la Gran Vía madrileña, para que así Madrid tenga la categoría musical de Nueva York. Son palabras del productor Alex García quien no ha reparado en medios, hasta el punto de traer a Madrid el pasado mes de agosto a uno de los profesores del Actor’ Studio de NY, Cornelius Hoorgan, quien estaba encantado y se mostró en todo momento maravillado con las posibilidades del Don Juan de Zorrilla.
Gracias a los criterios salvíficos del Romanticismo español, este Don Juan no acabará en los infiernos, que bien merecidos se los tenía (oímos sus desafíos hasta en el mismísimo filo del precipicio abrasador que se ha abierto a sus pies), aunque a punto está, gracias al poder del amor y a la posibilidad de que unos paguen por otros. Por eso, hasta el último minuto, el de la contrición, con todo el público vibrando porque ya los diablos -que se han apoderado hasta de la sala- te tocan (literalmente) el hombro y hasta la oreja, estará en un suspiro pidiendo el arrepentimiento in extremis del canalla más famoso de todos los tiempos. Así somos los públicos.
Aunque la función previa a la que asistí (no se estrena hasta el día 6) gustó mucho, todos los números fueron muy aplaudidos y no se hizo en absoluto larga porque se entiende todo incluso desde atrás y hay un receso de 20 minutos, he de que reconocer que el papel preferido por el público fue el de Brígida, ama, celestina y trotaconventos de Doña Inés, que, con sus piruetas y su gracejo menesteroso allana el camino del seductor hacia el corazón de la joven novicia recluida.
- Música: Antonio Calvo
Productor: Alejandro García
Dirección: Ignacio García
Dirección Escénica y Coreografía: Tino Sánchez
Dirección musical: Julio Awad
Diseñador: Lluís Juste de Nin y Eloise Kazan
Reparto: Tony Bernetti, como Tenorio, Estíbaliz Martyn, Doña Inés, Gonzalo Montes, el Comendador, Patricia Clark, Brígida, David Velardo, Don Luis Mejía, Judith Tobella, Doña Ana, Nacho Bergareche, Don Diego, Gonzalo Larrazabal, Marcos Ciutti, Ricardo Vergara, Butarelli, Patrizia Ruiz, Lucía, Carlos Salgado, El Capitán Centellas y Héctor Otones como Avellaneda.
Cuerpo de baile: Alicia Cabrero, Álex Chavarri, Elena Aurioles, Antonio Fago, Irene Rubio, Chema Zamora, Teresa Cora, Leyva, Lidia Ibáñez, Riccardo Franco, María Alonso y Alberto Escobar.
Fecha de la función comentada: domingo 2 de octubre de 2016
Teatro de la Luz Philips Gran Vía, de Madrid