Donald Trump saca a EE. UU. de la lucha contra el cambio climático

Estados Unidos se quiere retirar del histórico Acuerdo de París sobre cambio climático, en una decisión que despertó diversas reacciones en la sociedad civil y entre distintas autoridades y dirigentes políticos, informa Tharanga Yakupitiyage[1] (IPS) desde Naciones Unidas.

A pesar de la presión mundial para que se quede, el presidente Donald Trump ha anunciado la salida de su país del acuerdo suscrito por casi todos los países del mundo en diciembre de 2015, en la capital de Francia, con el fin de reducir las emisiones de gases contaminantes.

Todavía no hay certezas bajo qué forma se hará la salida, porque ahora comienzo un periodo que durará unos cuatro años, pero la decisión ya despertó indignación y malestar generalizados.

La directora ejecutiva de Amnistía Internacional, Margaret Huang, consideró que la decisión de Estados Unidos, una posibilidad prevista, es un «ataque a varios derechos humanos».

«Al negarse a unirse a otras naciones y tomar las medidas necesarias para reducir de forma drástica las emisiones de gases invernadero y mitigar el cambio climático, el presidente dice, de hecho, ‘Dejemos que se ahoguen, quemen y mueran de hambre'», prosiguió.

En ese sentido, el director ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, señaló: «Donald Trump cometió un error histórico que nuestros nietos impactados se preguntarán cómo un gobernante pudo estar tan divorciado de la realidad y de la ética».

Las emisiones de gases invernadero aumentaron de forma significativa en los últimos años, de 317 partes por millón, en 1960, a más de 400, en 2016, un volumen del que no se tenía conocimiento desde hace 10 millones de años.

Eso llevó a un aumento de la temperatura promedio mundial de más de 0,9 grados centígrados por encima de los registros de 1960, y las proyecciones indican que seguirá aumentando si no se frena el uso de combustibles fósiles, responsables de los gases contaminantes.

El cambio climático ya contribuye a eventos ambientales extremos, como el rápido deshielo de los casquetes polares, las tormentas más frecuentes y más devastadoras y las sequías prolongadas con consecuencias sobre los derechos humanos de cientos de millones de personas en todo el mundo, observó Huang.

Trump ya había declarado que el cambio climático no era más que un «engaño» de China y se había comprometido a invertir en la industria petrolera y del carbón local, grandes responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Brune señaló que la decisión de retirarse del Acuerdo de París constituye una traición a la población y al mercado: «Es una decisión que cederá el papel de Estados Unidos a escala internacional a países como China e India, que se beneficiarán generosamente de abrazar al auge de la economía basada en energías limpias, mientras Trump busca que nuestro país retroceda al siglo XIX», subrayó.

Según Sierra Club, los puestos de trabajo en el sector de energías limpias ya superaron a los de los combustibles fósiles en Estados Unidos en más de 2,5 a uno, y al del carbón y el gas en cinco a uno.

Las proyecciones indican que la transformación hacia las energías renovables no hará más que crecer en el mundo, lo que refleja la transición del sector energético hacia las tecnologías más limpias. China apunta a aumentar sus fuentes renovables en 40 por ciento para 2020.

La mayoría de los estadounidenses también están a favor del Acuerdo de París, como lo refleja la encuesta hecha por el Consejo de Chicago sobre Asuntos Globales, que concluyó que 71 por ciento de los consultados está a favor de la participación de Estados Unidos en el tratado, entre los que hay partidarios del gobernante Partido Republicano como del opositor Partido Demócrata.

Antes de que se conociera la decisión de Washington, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo que era «absolutamente esencial» que el mundo implementara el acuerdo, pero que pueden tomarse medidas aunque un país no lo haga: «si un gobierno tiene dudas sobre la voluntad global y la necesidad del acuerdo, el resto debe unirse con más fuerza y mantener el curso», precisó en un discurso dado en la Escuela de Negocios Stern, de la Universidad de Nueva York.

Asimismo, el representante permanente de Seychelles en la ONU, Ronald Jumeau, dijo que el resto de los países seguirá adelante con la acción climática con o sin Estados Unidos: «La ausencia de Estados Unidos no hace que el vaso esté medio vacío o medio lleno; sigue estando más lleno que vacío», ilustró.

«De lo que hay que preocuparse es de quién está y quién se sienta frente a quién y dice ahora qué haremos al respecto, y cómo redoblamos esfuerzos para beneficiarnos todos», apuntó.

El Grupo de los Siete (G7) países más ricos, la Unión Europea (UE) y Asia ya dieron un paso al frente al reafirmar sus compromisos con el Acuerdo de París en respuesta a la posición dudosa de Washington.

De la próxima cumbre UE-Asia, que se celebrará en Bruselas, se espera que surja un plan de acción detallado para frenar el recalentamiento global por debajo de los dos grados centígrados, como prevé el acuerdo.

«Los pequeños estados insulares no pueden permitirse el disgusto ni sentirse abatidos por nada de esto, tenemos que avanzar por el bien de nuestros países, por la humanidad en general y por todos los países», sentenció Jumeau.

Casi 150 estados ratificaron el Acuerdo de París, lo que representa 80 por ciento de las emisiones globales. Nicaragua y Siria están entre los pocos países que todavía no lo firmaron.

  1. Traducido por Verónica Firme
  2. Publicado inicialmente en IPS Noticias

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