El periodista Ignacio Ramonet publica en Le Monde Diplomatique un artículo titulado «Las siete propuestas de Trump que los grandes medios censuraron… y que explican su victoria» en el que suma otros argumentos socioeconómicos a los que han manejado los grandes medios de comunicación americanos para explicar la suma de votos que ha conseguido en estas elecciones presidenciales de 2016.
Explica Ignacio Ramonet que la victoria de Donald Trump (como el brexit en el Reino Unido o la victoria del “no” en Colombia) significa, en primer lugar, una nueva estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión. Pero significa también que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba.
Explica que aunque la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos pervive en apariencias, la victoria de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, muy distinto del tono habitual de los políticos estadounidenses, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha.
Precisa que el mensaje de Trump no es semejante al de un partido neofascista europeo. No es un ultraderechista convencional. Él mismo se define como un “conservador con sentido común” y su posición, en el abanico de la política, se situaría más exactamente a la derecha de la derecha. Empresario multimillonario y estrella archipopular de la telerrealidad, Trump no es un antisistema, no censura el modelo político en sí, sino a los políticos que lo han estado piloteando, y promete inyectar honestidad en el sistema; renovar nombres, rostros y actitudes.
Los medios han dado gran difusión a algunas de sus declaraciones y propuestas más odiosas, y la principal pregunta que mucha gente se hacía era: ¿cómo es posible que un personaje con tan lamentables ideas consiga una audiencia tan considerable entre los electores estadounidenses, los cuales, obviamente, no pueden estar todos lobotomizados? Algo no cuadraba.
Para responder a esa pregunta Ramonet analiza más de cerca el programa completo del candidato republicano y descubre estos siete puntos fundamentales, silenciados por los grandes medios:
1) Denuncia del poder mediático: “No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación”, entre los que incluyó a Fox News, la gran cadena del derechismo panfletario, a pesar de que lo apoya a fondo como candidato favorito…
2) Denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media porque 60 000 fábricas han tenido que cerrar en Estados Unidos y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados han desaparecido.
3) Es un ferviente proteccionista y propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. Partidario del brexit se propone sacar a EEUU de los tratados de libre comercio como el NAFTA y sostiene que el TPP “sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos”, argumentos que en regiones donde las deslocalizaciones y el cierre de fábricas manufactureras dejaron altos niveles de desempleo y de pobreza, calaron hondo.
4) Sabiendo que muchos electores republicanos que tienen más de 65 años necesitan beneficiarse de la Social Security (jubilación) y del Medicare (seguro sanitario) que desarrolló Barack Obama y que otros líderes republicanos desean suprimir, ha prometido no tocar estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los “sin techo”, reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos.
5) Contra el poder de Wall Street, propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall que separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo.
6) En política internacional, Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a la Organización Estado Islámico (OEI o ISIS por sus siglas en inglés).
7) Estima que, con su enorme deuda soberana, EEUU ya no dispone de los recursos necesarios para llevar a cabo una política exterior intervencionista indiscriminada y, al contrario que el aparato republicano, y como consecuencia lógica del final de la Guerra Fría, quiere cambiar la OTAN: “No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN”.
Ignacio Ramonet aclara que todas estas propuestas no invalidan en absoluto las «inaceptables, odiosas y a veces nauseabundas declaraciones del candidato republicano» difundidas a bombo y platillo por los grandes medios dominantes, pero sí explican mejor el porqué de su éxito.
Y concluye que la victoria de Donald Trump puede hacernos entrar en un nuevo ciclo geopolítico cuya peligrosa característica ideológica principal –que vemos surgir por todas partes y en particular en Francia con Marine Le Pen – es el “autoritarismo identitario”.