Con un lleno hasta la bandera se presentaron el viernes 29 de enero 2016, en el ciclo Andalucía Flamenca del Auditorio Nacional en Madrid, dos artistas geniales, mundialmente reconocidos: el cantaor Juan Cortés ‘Duquende’ y Juan Gómez ‘Chicuelo’ guitarrista. Solos. Llenando el escenario con un arte de un virtuosismo que no conoce límites.
Mucho ha llovido, desde que a los ocho años, ¡han pasado cuarenta y dos desde entonces! Duquende debutara con Camarón de la Isla. Mucho también desde que se unió al grupo de Paco de Lucía. Para Paco, Duquende era ‘un monstruo, poseedor de la magia del cante, de la inspiración y la técnica’. Carrera nacional e internacional por grandes coliseos. En París, en el Teatro de los Campos Elíseos, es un habitual desde 1996. Ha cantado con y para todos los grandes: Tomatito, Manzanita, Vicente Amigo, Cañizares, Chicuelo… este barcelonés de Sabadell viene conquistando el mundo con su voz prodigiosa y su intensidad de sentimientos desde la infancia.
Barcelonés también es Juan Gómez ‘Chicuelo’, otro niño prodigio con la guitarra, desde los doce años. Es guitarrista, compositor, productor y director musical. Es conocido y reconocido en España, Europa, Japón, Estados Unidos, América latina. Comienzos en un tablao barcelonés, ya distinguido desde la adolescencia. Luego como guitarrista de todos los grandes cantaores de flamenco y de músicos de jazz. Su discografía es testigo de toda su actividad profesional. Ha compuesto la música para varias compañías de danza flamenca, una parte de la de El Quijote de Orson Wells. Ha actuado en el Teatro Real de Madrid, es director musical de la compañía de danza japonesa Shoji Kojima, director del musical Tarantos. Como solista, compositor e intérprete de Cómplices gana el premio a la mejor guitarra solista de la revista Flamenco Hoy y de guitarra de acompañamiento en Zaguán, de Miguel Poveda. También fue el compositor del tema central de Blancanieves, ‘Y no te puedo encontrar’, Goya 2013 a la mejor canción original.
La cita del pasado viernes en el Auditorio Nacional era una de las más esperadas de la temporada. Nada menos que dos artistas consagrados por méritos propios, respetuosos con el flamenco de siempre, con frecuencia innovadores, como miembros de una generación creadora de fusiones transcendentales, como discípulos distinguidos del trabajo pionero del maestro Paco de Lucía.
Apareció primero Chicuelo, para ofrecer esa introducción al concierto que suele ser habitual entre guitarristas. Con improvisaciones y versiones de música propia, la sala pendiente de sus manos mágicas y de los sonidos que hacían vibrar hasta lo más hondo. Un toque de gran maestro, que recibió el aplauso cerrado de toda la audiencia. Apenas terminada la ovación, apareció Duquende, gitano por todo lo alto, con el sombrero puesto, para que no hubiera dudas del orgullo que siente por su etnia. Los dos solos, sin cajón, ni compás, ni nada más. Ellos solos, grandes ante el público, entregado desde que se publicó hace meses el programa de Andalucía Flamenca. Siempre cómplices, sincronizados, mostrando lo a gusto que se encuentran el uno con el otro, rivalizando en calidades de cuerdas, el uno con el prodigio de su voz, el otro con el de su guitarra.
Un concierto de Cante Grande, aunque por descontado todos los cantes por Duquende lo son. Arranque solista por Tarantas, seguidas ya a dúo de Soleá por Bulería, Alegrías, Cantiñas. No podía faltar el homenaje a Camarón y cuando empieza a desgranar la letra de Pueblos de la tierra mía; Verea del camino/fuente de piedra/cantarillo de agua/lleva, lleva mi yegua. Las olas rompen la mar/y las espumas levantan/y las olas rompen la mar/y sobre la arena blanca/me duermo para ensoñar/Ay pueblos de la tierra mía…el espíritu de Camarón está flotando en el espacio del auditorio, Duquende se hace Camarón y también Chicuelo acompañando con la guitarra. La sala vibra, vibra y llora de emoción que no puede contener.
Sigue otro homenaje, esta vez a Ray Heredia, el inolvidable fundador de Ketama y de otros proyectos del Nuevo Flamenco, con el tema ya histórico en el repertorio del cantaor: Paso la vida pensando en lo bueno y en lo malo/mi mente está triste, me siento algo extraño/mi cuerpo se agota, mi alma lo nota/de ver en el mundo la loca envidia que trae la mentira/palabras falsas que por mi mente pasan…Ray Heredia, un grande que se fue demasiado pronto, con veintiocho años. Y esta pareja de maestros siguen dándole vida con el homenaje a su obra.
Última parte del concierto por seguiriyas, impresionante cante y acompañamiento a la guitarra. Siguen por tangos y bulerías, esas bulerías que ponen la guinda en tantos conciertos flamencos. Pero que esta vez rompen todos los moldes.
Esta es la música que engancha aquí y en todas partes. Porque el sentir no conoce razas ni fronteras.
