FACUA-Consumidores en Acción considera un desastre el papel desempeñado por la ministra de Sanidad, Ana Mato, ante la crisis del ébola.
En este sentido, recuerda su bochornosa desaparición al permanecer en su estancia vacacional cuando se produjo la repatriación del misionero Miguel Pajares, quien acabó falleciendo. Como también ha sido lamentable la rueda de prensa celebrada este lunes por la ministra, en la que intentó eludir las preguntas de la prensa.
FACUA critica también la inaceptable improvisación y la opacidad con la que vienen actuando las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid. El proceder del Gobierno central y la Comunidad Autónoma madrileña están contribuyendo a aumentar la alarma social y la desconfianza de los ciudadanos en los responsables de la gestión de esta crisis.
Ante esto, la asociación demanda la más absoluta transparencia y que se depuren responsabilidades políticas ante lo ocurrido. En este sentido, recuerda que la situación se está produciendo en una de las comunidades donde el Gobierno autonómico ha tenido mayores ansias por recortar y privatizar la sanidad.
Por otro lado, FACUA lamenta las ridículas cifras de la cooperación internacional destinada por el Gobierno de España a las zonas de África afectadas por el ébola. La asociación reclama sensibilidad al Ejecutivo, que debe asumir que la falta de medios técnicos y humanos que padecen los ciudadanos afectados en el continente obliga a países como España a destinar ayudas millonarias para tratar la enfermedad y frenar la expansión del virus.
Recomendaciones de la OMS
En la rueda de prensa en la que comparecieron Mato y varios responsables sanitarios del Gobierno y la Comunidad de Madrid tras el contagio de ébola de una sanitaria, se aseguró reiteradamente que se habían seguido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este sentido, FACUA se pregunta si es una recomendación de la OMS que la formación para la atención a enfermos de ébola se resuma en un cursillo express de 15 minutos para ponerse el traje de aislamiento. Es lo que denuncian profesionales sanitarios encargados de atender a Miguel Pajares y Manuel García Viejo, los sacerdotes españoles infectados que fueron trasladados desde Liberia y Sierra Leona al Hospital Carlos III de Madrid este verano.
La asociación considera alarmantes las denuncias planteadas públicamente por personal del Hospital Carlos III, que indican que los trajes utilizados no cumplían con los requerimientos de seguridad necesarios para el tratamiento del ébola al no ser completamente impermeables y con respiración autónoma. Estas denuncias también aseguran que los residuos procedentes de las habitaciones de los dos religiosos infectados eran expulsados por el mismo ascensor utilizado por el resto del personal.
Protocolo de actuación
La asociación muestra su preocupación ante las críticas que vienen planteando distintos profesionales sanitarios, entre otros la presidenta de la la Asociación Madrileña de Enfermería (AME), Victoria Trujillo, quien recuerda cómo «se denunció desde un principio que no había protocolos ni formación realista para atender tal situación porque son procedimientos para los que hay que entrenarse».
Ante esto, FACUA reclama a las autoridades sanitarias que hagan público con todo detalle tanto el protocolo de actuación adoptado y de qué manera se habría difundido entre los profesionales como las condiciones en las que se ha trabajado en el Carlos III en cuanto los equipos con los que se ha venido contando para la atención a los enfermos de ébola.
FACUA recuerda que el Carlos III había sido desmantelado como centro de referencia para el tratamiento de enfermedades infecciosas. Una lamentable decisión adoptada por un Gobierno autonómico cegado por su afán de recortar y privatizar la sanidad. De un día para otro, se intentó habilitar de nuevo el hospital para la atención al primer infectado de ébola, para lo que se aisló toda una planta del centro y se movilizó a personal de La Paz.
FACUA también considera inexplicable que cuatro días después de la muerte de García Viejo, la sanitaria infectada de ébola acudiese con síntomas a una prueba y la dejaran irse de vacaciones porque tenía «sintomatología vaga», en palabras del director de Atención Primaria de Madrid. Éste justifica que no la aislaran porque «no llegaba a 38,6 grados de fiebre, que es lo que se aplica como criterio para el ébola». Y ello a pesar de que había estado en contacto directo con el misionero infectado.
FACUA espera que Mato sea coherente con el nivel de exigencia que planteaba al Gobierno cuando estaba en la oposición. En 2009 lanzó unas duras críticas a la ministra de Defensa, Carme Chacón, tras producirse un gripe de fiebre porcina en un cuartel: «la política es la obligación de intentar impedir que la enfermedad se propague y ellos no lo han hecho. A mí me parece gravísimo y si la ministra no da explicaciones suficientes, debería dimitir», afirmó en Telemadrid la entonces vicesecretaria de Organización del PP.