EEUU deja de considerar a China como «nación en desarrollo»

Mientras en las Naciones Unidas surgen crecientes señales de una nueva Guerra Fría, Estados Unidos continúa su conflicto verbal con la República Popular China (RPC) y acaba de dar un paso más, al cuestionar que se la pueda considerar como la segunda mayor economía del mundo y calificarla como  una «nación en desarrollo», informa Thalif Deen (IPS) desde Naciones Unidas.

La rivalidad entre los dos países, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU donde se encuentran en lados opuestos de conflictos políticos o militares, ha desencadenado ahora una batalla semántica sobre la denominación de «nación en desarrollo».

El 27 de marzo 2023, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por unanimidad un proyecto de ley que ordena al secretario de estado, Antony Blinken, despojar a la RPC de su estatus de «país en desarrollo» en las organizaciones internacionales.

La nueva ley, titulada directamente como «La RPC no es un País en Desarrollo» fue aprobada por esa cámara baja con una abrumadora votación de 415 a 0, establece que «Debe ser política de Estados Unidos»:

  1. Oponerse a que la República Popular China sea calificada o tratada como país en desarrollo en cualquier tratado o acuerdo internacional del que Estados Unidos sea parte;
  2. oponerse a que la República Popular China sea calificada o tratada como país en desarrollo en cada organización internacional de la que Estados Unidos sea miembro; y
  3. perseguir el etiquetado o tratamiento de la República Popular China como país de renta media-alta, país de renta alta o país desarrollado en cada organización internacional de la que Estados Unidos sea miembro.

En las Naciones Unidas, China está estrechamente aliada con el Grupo de los 77 (G77), la mayor coalición de «países en desarrollo», un grupo creado en 1964 con 77 miembros y que actualmente cuenta con 134. Como China no es miembro formal del G77, el grupo se describe a sí mismo como «El G77 y China» o «El G77 más China».

El embajador Anwarul K. Chowdhury, ex representante permanente de Bangladesh ante la ONU y ex secretario general adjunto del foro mundial, declaró a IPS que la definición de un país en desarrollo es un reto complejo: No existe un marco establecido o una carta para definir un «país en desarrollo», señaló.

Para el sistema de la ONU, el G77, que constituye la plataforma colectiva de negociación de los países del Sur Global, es en realidad sinónimo de naciones que se identifican como «países en desarrollo, países menos adelantados (PMA), países en desarrollo sin litoral y pequeños Estados insulares en desarrollo (Peid)». Todos ellos son subgrupos de países en desarrollo y pertenecen al G77.

El G77 fue creado en 1964 por 77 países en desarrollo, signatarios de la «Declaración Conjunta» emitida al final de la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), celebrada en Ginebra.

«Aunque los miembros del G77 han aumentado a 134 países, el nombre original se mantuvo debido a su importancia histórica. Los países en desarrollo tienden a tener algunas características en común, a menudo debido a sus historias o geografías», dijo Chowdhury, quien ha presidido comisiones de la Asamblea General y grupos de trabajo del G77.

En octubre de 1997, recordó, China se unió al G77 manteniendo su identidad especial al proponer la nomenclatura como «G77 y China». China alinea sus posiciones sobre las cuestiones económicas y sociales mundiales con las posiciones del G77 a efectos de negociación.

Siendo el mayor grupo negociador de las Naciones Unidas, y en vista de la reciprocidad de sus preocupaciones comunes, no se espera que el G77 acepte separar a China de los actuales acuerdos de colaboración.

«Y más aún, si la presión viene de la delegación de Estados Unidos, en vista de la reciente resolución de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, para quitar la categorización de China como país en desarrollo», consideró Chowdhury.

Según la clasificación actual de la ONU, toda Europa y América del Norte, junto con Japón, Australia y Nueva Zelanda, se clasifican como regiones desarrolladas, y todas las demás regiones son regiones en desarrollo.

La ONU mantiene una lista de «países menos desarrollados» que se definen teniendo en cuenta el ingreso nacional bruto por persona, así como medidas de capital humano y vulnerabilidad económica.

El Banco Mundial se ha referido durante muchos años a los «países de renta baja y media» como «países en desarrollo» por comodidad en sus publicaciones, pero aunque esta definición fuera razonable en el pasado, cabe preguntarse si sigue siéndolo y si se justifica una definición más precisa.

En su nueva ley, la Cámara de Representantes de Estados Unidos dice que «a más tardar 180 días después de la fecha de promulgación de esta ley, el secretario de estado presentará a los comités correspondientes del Congreso un informe en el que se identifiquen todas las negociaciones de tratados en curso en las que:

(A) En cualquier organización internacional de la que Estados Unidos y la República Popular China sean miembros, el secretario, en coordinación con los jefes de otras agencias y departamentos federales, según sea necesario, procurará:

  1. cambiar el estatus de la República Popular China de país en desarrollo a país de renta media alta, país de renta alta o país desarrollado, si existe un mecanismo en dicha organización para realizar dicho cambio de estatus;
  2. proponer el desarrollo de un mecanismo descrito en el párrafo (1) para cambiar el estatus de la República Popular China en dicha organización de país en desarrollo a país desarrollado; o
  3. independientemente de los esfuerzos realizados de conformidad con los párrafos (1) y (2), trabajar para garantizar que la República Popular de China no reciba un trato preferente o asistencia dentro de la organización como resultado de tener el estatus de país en desarrollo.

(B) El presidente puede renunciar a la aplicación de la subsección (a) con respecto a cualquier organización internacional si el presidente notifica a los comités apropiados del Congreso, a más tardar diez días antes de la fecha en que la renuncia entrará en vigor, que dicha renuncia es en el interés nacional de los Estados Unidos.

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