El Aquarius forzado a abandonar el Mediterráneo central

El fin de la misión del Aquarius en el Mediterráneo central es el resultado de una campaña del Gobierno italiano, respaldada por gobiernos de la Unión Europea, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar las operaciones de búsqueda y rescate

Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée se han visto obligados a terminar las operaciones de búsqueda y rescate del barco Aquarius mientras que refugiados, migrantes y solicitantes de asilo continúan jugándose la vida y perdiéndola en el mar Mediterráneo.

Aquarius-Marsella El Aquarius forzado a abandonar el Mediterráneo central
El Aquarius entra en el puerto viejo de Marsella

Durante los últimos dos meses, el Aquarius ha permanecido en el puerto de Marsella, sin capacidad de llevar a cabo su trabajo humanitario, a pesar de que las personas continúan huyendo por mar a lo largo de la ruta migratoria más mortal del mundo.

Este es el resultado de una campaña encabezada por el Gobierno italiano y respaldada por otros estados europeos, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar a las organizaciones que brindan asistencia a las personas en peligro.

Junto con las dañinas políticas externas concebidas por la Unión Europea (UE) en materia de migración, esta campaña ha socavado el derecho internacional y los principios humanitarios. Sin una solución inmediata a estos ataques, MSF y SOS Méditerranée no tienen más opción que poner fin a las operaciones del Aquarius.

«Este es un día triste», afirma Nelke Manders, directora general de MSF. “No solo Europa no ha sido capaz de proporcionar capacidad de búsqueda y rescate, sino que también ha saboteado activamente los intentos de otros por salvar vidas. El fin del Aquarius significa más muertes en el mar y más muertes innecesarias de las que nadie será testigo».

En los últimos diecioscho meses, los ataques de los estados de la UE a las operaciones de búsqueda y rescate se han basado en tácticas utilizadas por algunas de las naciones más represivas del mundo. A pesar de haber trabajado en total y estrecha coordinación con las autoridades, este año al Aquarius se le ha arrebatado en dos ocasiones el pabellón y ahora enfrenta denuncias de actividad criminal, acusaciones que claramente no tienen ningún sentido. En medio de estas campañas de desprestigio y maniobras para minar el derecho internacional, se les ha negado a las personas rescatadas en el mar el acceso a puertos seguros y se les ha rechazado la asistencia de otros barcos, dejándolas varadas en alta mar durante semanas.

El final forzado de las operaciones del Aquarius tiene lugar en un momento crítico. Se estima que 2133 personas han muerto en el Mediterráneo en 2018. Más de 1300 de estas muertes han ocurrido en el Mediterráneo central; la inmensa mayoría, de personas que habían partido de Libia. Los estados miembros de la UE han agravado el sufrimiento al permitir que los guardacostas libios intercepten en el mar a más de 14 000 personas en lo que llevamos año y las devuelvan a Libia a la fuerza. Esto supone una clara violación del derecho internacional. En 2015, Europa se comprometió con el Consejo de Seguridad de la ONU a que ninguna persona rescatada en el mar fuera obligada a retornar a Libia.

«Hoy, Europa está apoyando directamente las devoluciones forzadas mientras se adjudica a sí misma una exitosa política de migración», denuncia Karline Kleijer, responsable de emergencias de MSF. “Tenemos que ser claros sobre lo que significa este éxito: falta de asistencia para salvar vidas en el mar; niños, mujeres y hombres rechazados y devueltos a centros de detención arbitraria sin prácticamente ninguna esperanza de escapar; y la creación de un contexto que desalienta a todos los barcos a cumplir con la obligación de rescatar a las personas que están en peligro».

Desde el inicio de sus operaciones de búsqueda y rescate en febrero de 2016, el Aquarius ha asistido a casi 30 000 personas en aguas internacionales entre Libia, Italia y Malta. El último período activo de búsqueda y rescate del Aquarius terminó el 4 de octubre de 2018, cuando llegó al puerto de Marsella tras el rescate de 58 personas. Junto con las anteriores embarcaciones de búsqueda y rescate anteriores de MSF  –Bourbon Argos, Dignity, Prudence y Phoenix– los equipos de MSF han rescatado o asistido desde 2015 a más de 80 000 personas en el Mediterráneo. A pesar de los esfuerzos recientes de otras ONG en el mar, hoy no hay un mecanismo europeo específico de rescate en el Mediterráneo central.

«Mientras se sigan ahogando y haya personas atrapadas en Libia, MSF continuará buscando fórmulas para brindarles atención médica y humanitaria», concluye Kleijer.

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