SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) han solicitado a los Gobiernos europeos un puerto seguro lo más cercano posible, de acuerdo con el Derecho Marítimo Internacional, donde puedan desembarcar las personas rescatadas en el Mediterráneo central de forma que el barco pueda seguir brindando una asistencia humanitaria que se requiere con urgencia.
Un total de 141 personas fueron rescatadas el viernes, 10 de agosto de 2018, en dos operaciones por el Aquarius, el navío de búsqueda y salvamento fletado por SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF)
El viernes por la mañana, el equipo del Aquarius procedió a un primer rescate de 25 personas. Estas fueron halladas en un pequeño bote de madera sin motor, que se encontraba a la deriva. Se cree que podrían haber estado en el mar unas 35 horas. El mismo viernes, el Aquarius hizo un segundo rescate de otra embarcación de madera donde viajaban, hacinados, 116 hombres, mujeres y niños, entre ellos, 67 menores no acompañados.
Más del 70 % de los rescatados son originarios de Somalia y Eritrea. Aunque por el momento, el estado de salud de los rescatados es estable, muchos están extremadamente débiles y desnutridos. Los rescatados han relatado que habían sido confinados en condiciones inhumanas en Libia.
Durante ambas operaciones de rescate, el Aquarius informó a todas las autoridades pertinentes de sus actividades, incluidos los Centros de Coordinación de Rescate Marítimo de Italia, Malta y Túnez, así como el Centro Conjunto de Coordinación de Rescate de Libia (JRCC), que confirmó ser la autoridad coordinadora de los rescates. El JRCC libio informó al Aquarius de que no proporcionaría un lugar seguro para el desembarque e indicó que lo pidiera a otra autoridad coordinadora de rescates. El Aquarius se dirige hacia el norte para solicitar a otro centro de coordinación de rescates un puerto seguro cercano.
«Ahora estamos siguiendo las instrucciones del JRCC y nos pondremos debidamente en contacto con otros centros de coordinación de rescates para obtener un lugar seguro donde desembarcar a las personas rescatadas que llevamos a bordo», explica Nick Romaniuk, coordinador de búsqueda y rescate de SOS Méditerranée. «Resulta de suma importancia que los supervivientes sean llevados a un lugar seguro sin demora, donde sus necesidades básicas puedan ser satisfechas y reciban la debida protección».
«Los Gobiernos europeos han centrado todos sus esfuerzos en apuntalar el JRCC libio. Sin embargo, los sucesos del viernes muestran que no tienen la capacidad de coordinar completamente un rescate», recalca Aloys Vimard, coordinador de MSF a bordo del Aquarius. «Un rescate no está completo hasta que se produce un desembarco en un lugar seguro. El JRCC libio nos dijo claramente que no proporcionaría ese lugar. Además, no nos informó de las embarcaciones en peligro de las que tenían conocimiento, a pesar de que el Aquarius se encontraba en las inmediaciones y nos ofrecimos para prestar ayuda. Al final, fue una suerte que pudiéramos detectar estos botes en peligro nosotros mismos».
Las personas rescatadas por el Aquarius han relatado que se encontraron con cinco buques diferentes que se negaron a ofrecerles asistencia antes de ser localizadas por los equipos de MSF y SOS Méditerranée. «En estos momentos está en juego el principio de prestación de asistencia a las personas en peligro en el mar. Parece que los navíos no están dispuestos a responder a sus demandas de auxilio debido al alto riesgo de quedar varados y de verse privados de un lugar seguro para desembarcarlas. Las políticas diseñadas para mantener a las personas fuera de Europa a toda costa están provocando más sufrimiento y aumentando el riesgo de las travesías para unas personas ya altamente vulnerables”, añade Aloys.
MSF y SOS Méditerranée siguen extremadamente preocupadas por las políticas europeas que obstaculizan la provisión de asistencia humanitaria y que han tenido como resultado un incremento vertiginoso del número de muertes en los últimos meses. El Aquarius es en estos momentos uno de los dos únicos buques de búsqueda y rescate humanitarios que quedan en el Mediterráneo central. La criminalización y la obstrucción a las organizaciones humanitarias reflejan un problema más amplio y profundo: la fractura del sistema de asilo europeo y el fracaso de los estados miembros de la UE a la hora de reubicar a los solicitantes de asilo que llegan a Europa.
MSF y SOS Méditerranée solicitan a todos los Gobiernos europeos y a sus autoridades de salvamento marítimo pertinentes, que reconozcan la gravedad de la crisis humanitaria en el Mediterráneo y otorguen un acceso rápido al emplazamiento seguro más cercano. Así mismo, les instan a que faciliten, en lugar de imposibilitar, una asistencia humanitaria imprescindible para evitar la pérdida de vidas en el Mediterráneo central.