El rompehielos permanecía en el puerto de Murmansk desde que 28 activistas y dos periodistas fueran detenidos el 19 de septiembre de 2013
Más de 300 días después de haber sido abordado de forma ilegal tras una protesta pacífica contra la extracción de petróleo en el Ártico, el barco de Greenpeace, Arctic Sunrise, finalmente ha salido de Murmansk (Rusia) camino al puerto de Ámsterdam.
El rompehielos ha estado custodiado desde que detuvieron a los 28 activistas y dos periodistas que les acompañaban el 19 de septiembre de 2013, liberados tres meses más tarde. El 6 de junio de 2014, el Comité de Investigación de Rusia informó a Greenpeace Internacional de que anulaba la detención del Arctic Sunrise. La tripulación de Greenpeace, liderada por el capitán Daniel Rizzotti, recuperó el acceso al Arctic Sunrise el 27 de junio, y debido a los desperfectos sufridos, la tripulación tuvo que trabajar tres semanas para que el barco estuviera en condiciones para navegar.
«Cuando el capitán y la tripulación pudieron acceder al Arctic Sunrise, lo encontraron en muy mal estado: sin mantenimiento durante diez meses y con los equipos de navegación, de comunicación de la nave y los sistemas de seguridad destruidos o robados», afirma la responsable de la campaña por el Ártico de Greenpeace Internacional, Faiza Oulahsen.
«El Arctic Sunrise se dirige ahora a Ámsterdam, donde se reparará para que pueda volver a proteger el Ártico de las compañías petroleras como Shell y Gazprom».
Se espera que el Arctic Sunrise llegue a Ámsterdam en los próximos días, donde activistas de Greenpeace y simpatizantes, junto con los 30 del Ártico, darán la bienvenida al barco. Después entrará en un astillero para hacer una evaluación exhaustiva de su estado y proceder a las reparaciones necesarias.
«El abordaje ilegal y detención del Arctic Sunrise, así como la investigación en curso sobre la protesta de los 30 del Ártico fue un intento de intimidar y reprimir el debate acerca de la extracción de petróleo en ese valioso y frágil entorno. Sin embargo, esto nos ha hecho más fuertes», añade Oulahsen, quien fue una de las 30 personas detenidas en Rusia. «Millones de personas se manifestaron contra el encarcelamiento ilegal de los 30 activistas. Estos mismos millones de personas conocen el calentamiento global del planeta y que el hielo del Ártico se está derritiendo, de manera que seguirán oponiéndose pacíficamente en contra de la búsqueda desenfrenada de petróleo tanto en el Ártico y Rusia como en el resto del mundo».
El Comité de Investigación de Rusia, informó recientemente a Greenpeace de que había ampliado su investigación sobre el caso de los 30 del Ártico hasta el 24 de septiembre 2014, a pesar de que la causa penal contra los activistas se ha archivado.
Gazprom y la justicia rusa
El 18 de septiembre de 2013, el Arctic Sunrise se utilizó como barco de apoyo durante una protesta pacífica en la plataforma petrolera Prirazlomnaya de la empresa Gazprom. Dos escaladores intentaron colgar una pequeña pancarta con el lema «Salvar el Ártico» en un lado de la plataforma antes de que la guardia costera rusa lanzara disparos de advertencia y los obligara a bajar de las cuerdas donde estaban colgados. Al día siguiente, el Arctic Sunrise fue abordado y remolcado a Murmansk.
Los 28 activistas, junto con dos periodistas independientes fueron detenidos y acusados de piratería y vandalismo. Las 30 personas, «los llamados los 30 del Ártico», fueron puestos en libertad en noviembre de 2013, y los 26 que no eran de nacionalidad rusa pudieron abandonar el país alrededor del 27 de diciembre 2013, tras la adopción de una ley de amnistía en la Duma (Parlamento ruso). El 18 de julio de 2014, se informó a Greenpeace Internacional de que el Comité de Investigación de Rusia extendería aún más su investigación sobre el caso los 30 del Ártico hasta 24 de septiembre 2014, a pesar de una causa penal se archivó en diciembre del año pasado.
El 22 de noviembre de 2013, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar, (ITLOS, en sus siglas inglesas) ordenó a la Federación de Rusia la liberación «inmediata» del Arctic Sunrise antes del pago de una fianza de 3,6 millones de euros. La fianza se fijó con fecha 2 de diciembre de 2013.
En marzo, se presentó el caso de los 30 del Ártico ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Las 30 personas pidieron una «compensación justa» de la Federación de Rusia, y lo más importante, una declaración de la Corte independiente diciendo que su arresto en aguas internacionales por agentes rusos y posterior detención fueron ilegales.
La Corte Europea tiene el poder de pedir a Rusia que responda sobre los meses de incertidumbre a los que las 30 personas se enfrentaron en Rusia. Durante su reclusión en centros de detención, estas personas vivían con el temor de que podrían pasar años encerrados por un delito que no cometieron. La Corte Europea tiene jurisdicción sobre los asuntos relacionados con presuntas violaciones de derechos humanos cometidas por el gobierno de Rusia. En muchos casos, se ha encontrado responsable al gobierno de tales violaciones y se ha ordenado indemnizar a las víctimas. En última instancia, este caso tiene por objeto garantizar que Rusia hace honor a sus compromisos con los derechos humanos.